Las Fallas son Patrimonio de la Humanidad y también el Castell de Alaquàs es patrimonio del pueblo valenciano. Con la idea de fusionar ambos, ofrecer un espacio de encuentro y promover este bello monumento más allá de las fronteras de l'Horta, una treintena de Juntas Locales Falleras visitaron ayer, jueves 11 de enero, el palacio renacentista donde los representantes locales municipales y de la fiesta les han ofrecido una recepción y un recorrido guiado.

La cita coincidió con la celebración de la asamblea de las Juntas Locales Falleras con la Junta Central, que cierra el presente ejercicio, y que se celebró a continuación. Hasta Alaquàs se desplazarono la fallera mayor de Valencia 2018, Rocío Gil, con el presidente de la JCF, Pere Fuset; el secretario general, Ramón Estellés, y el delegado de JLF, Ferran Martínez.

A su llegada, tanto los representantes del 'cap i casal' como los del resto de poblaciones (desde Benicarló hasta Elda) fueron recibidos por la alcaldesa de Alaquàs, Elvira García, así como representantes de prácticamente todos los grupos municipales, y también por la presidenta de la JLF, July Roselló, acompañada de la fallera mayor de la población, Paula Mengod.

A la cita se sumaron dirigentes y representantes de Juntas Locales de municipios como Benicarló o Burriana, en Castelló; Xàtiva, en la comarca de la Costera; Alberic, Algemesí, Alzira, Carcaixent, Sueca y Carlet, de la Ribera; Gandia, de la Safor; Bétera, la Pobla de Vallbona, Llíria y Riba-roja del Túria, del Camp de Túria; Dénia, de la Marina, y Elda, del Vinalopó. Desde l'Horta llegaron también falleras mayores y JLF de Albal, Aldaia, Alfafar, Manises, Massanassa, Moncada, Paiporta, Sedaví, Silla, Picanya o Torrent.

Tras la recepción, la comitiva visitó las principales estancias del Castell, en un recorrido que les llevó desde el patio gótico hasta las salas nobles, que contienen los valiosos artesonados y los pavimentos cerámicos, pasando por la galería de la primera planta, donde pudieron admirar los grafitos restaurados el año pasado. En la visita les explicaron que el Castell se construyó a principios del siglo XVI y que sus valores principales son su arquitectura, y el conjunto único que componen artesonados de madera y cerámica.

Precisamente en una de las salas nobles, la de mayor capacidad, la fallera mayor de Valencia firmó en el libro de honor del municipio. Rocío Gil fue obsequiada con una serigrafía de la artista local Carme Mateu, de la serie que el consistorio encargó en 2003 cuando expropió y reabrió el monumento, así como un 'socarrat', que también recibieron Fuset y Estellés. Además, todas las falleras mayores asistentes recibieron una reproducción de la serigrafía en tamaño A-4.

La visita de las JLF y la posterior asamblea fue una iniciativa de la Junta Local Fallera de Alaquàs como forma de contribuir a la celebración del centenario de la protección del Castell como monumento histórico-artístico nacional, cuyos actos comenzaron. El consistorio y las asociaciones locales pretenden que durante un año, el monumento sea el pretexto para dar a conocer la población más allá de sus fronteras.