El Ayuntamiento de Quart de Poblet, a través de la concejalía de Igualdad de Cristina Mora, ha realizado un diagnóstico pionero de la realidad LGTBI con el objetivo de que el Plan de Diversidad Sexual, Familiar y de Género, el primero de este tipo en la C. Valenciana, se adapte al contexto real. El diagnóstico está basado en encuestas a 353 personas, en grupos de 18 años hasta más de 61 años.
Así, el 78,8% de las mujeres y el 89,7% de los hombres se declaran heterosexuales. Respecto a la expresión pública de la homosexualidad masculina y femenina, el 70% la acepta sin diferenciar el género de la pareja, mientras que en cuanto a muestren su afecto en público, el 25% cree que está bien que se haga, pero en privado.
El análisis revela que el 92% tiene una actitud favorable ante personas cercanas que les comuniquen su diversidad sexual y/o de género. Dentro de ese porcentaje global, un 75% afirma que no cambiaría de actitud ante esa revelación; un 17% que sentiría más confianza y apoyaría a la persona en cuestión; un 7% no haría nada pero se sentiría incómodo, y el 1% dice que intentaría ligar con esa persona. En este sentido, más del 80% de la población sería contraria a la creencia de que otras opciones sexuales son una enfermedad. Donde más se da esta forma de pensar negativa es en el colectivo de más de 61 años, en el que el 20% de las mujeres y el 17% de los hombres consideran una patología la homosexualidad; y el 17% de las mujeres y el 32% de los hombres, la transexualidad. El conocimiento de la violencia perpetrada contra las personas LGTBI es mayor en los tramos de edad de 18 a 30 años, que afirman haber visto o padecido insultos hacia las personas homosexuales.
Por lo que respecta a los prejuicios, el 84% de la población encuestada opina que una relación homosexual puede ser tan satisfactoria como una heterosexual, frente al 7% que opina que no y un 9% que elige la opción intermedia: «depende». Las mujeres se muestran más de acuerdo con esta afirmación, así como con la idea de que las personas no heterosexuales pueden amar tanto como las heterosexuales.
El 83% considera que las personas homosexuales pueden ser docentes y el 78% que puede ocupar cargos importantes o criar correctamente a niños y niñas. En este último aspecto, el mayor rechazo se da en hombres mayores de 61 años, por lo que pone de manifiesto que «los prejuicios sobre roles de crianza son mayores en hombres, lo que indica que mantienen roles machistas sobre quién debe ejercer el rol de cuidado de la familia», expone.
A su vez, existen mayores prejuicios ante la bisexualidad que ante la homosexualidad. Un 24% de la muestra mantiene unas creencias basadas en estereotipos acerca del comportamiento que esperan en los hombres homosexuales, al mostrarse de acuerdo con la afirmación de que «son más femeninos». Igualmente, un 19% apoya la idea de que las mujeres lesbianas «son generalmente más masculinas que el resto». La mayoría está en desacuerdo con ambas afirmaciones.
Trabajar desde Primaria
El diagnóstico también incorpora los resultados de entrevistas grupales mantenidas con Lambda, el grupo de la Casa de Juventud La Cebollera y representantes del tejido asociativo local. Desde LGTBI manifiestan que el problema en Quart no es la violencia física, sino psicológica hacia este colectivo, en la que los insultos y las burlas son comunes. «Hablar te convierte», afirman, en el sentido de que personas que apoyan públicamente la diversidad sexual y la aceptan también sufren violencia psicológica. Así, apuntan la necesidad de trabajar la diversidad desde antes de la Educación Primaria y ven imprescindible una asignatura donde aprender la diferencia entre género y sexo.
