Una delegación del colectivo «Godella en lluita contra les inundacions i en defensa del medi ambient» se reunió ayer con el nuevo secretario autonómico de Medio Ambiente, Fran Quesada, y el director general del Agua, Manuel Aldeguer. Sobre la mesa dos temas candentes: el proyecto que solucione las inundaciones que padece el municipio durante procesos de lluvias intensas y la defensa de espacios verdes godellero como la Canyada de Trilles y la Lloma dels Frares.

La Generalitat aprobó tras años de reivindicaciones, dotar con quince millones de euros el proyecto para ejecutar un canal artificial que recogería todas las aguas pluviales de Burjassot, Godella y Rocafort para llevarlas hasta Palmaret Alt, que ya conecta con el Barranc del Carraixet. El azarbe, de casi un mil metros de largo y unos doce de ancho, atravesaría la huerta de Rocafort.

El Consell quería tener acaba la obra en 2019, pero el rechazo de varios colectivos ecologistas y del propio Rocafort, motivó una moficiación casi total de la obra -de menor tamaño y soterrado-pero también que la Generalitat eliminará de sus cuentas las partidas presupuestarias previstas. De hecho, en los presupuestos de 2017 contemplaba una inversión de 10,3 millones para 2018, y de 3,2 en 2019. En cambio, este ejercicio esa financiación ha quedado relegada a 1,2 millones para expropiaciones, retrasando la obra. Ante este nuevo escenario, Aldeguer confiaba en empezar la obra en 2019 para concluirla en 2020.

Durante el encuentro de ayer, desde el colectivo de Godella revelaron que tanto Quesada como Aldeguer admitieron «que no hay dinero» pero «se comprometieron a llamar a todas las puertas para buscar la financiación que permita ejecutar el proyecto», indicaron.

En este sentido, desde «Godella en lluita contra les inundaciones» también anunciaron que se movilizaran para tratar encontrar ese dinero. Así, recordaron que hace semanas solicitaron una reunión con la vicepresidenta Mónica Oltra para transmitirle su preocupación por que la obra no se lleve a cabo. En este sentido, tambiénpedirán entrevistarse con el conseller de Hacienda, Vicent Soler, para intentar rascar financiación, y con la consellera de Agricultura, Elena Cebrián.

En cuanto a la cuestión mediambiental, el colectivo trasladó a Quesada, relevo del destituido Julià Alvaro, las intenciones de Godella «de urbanizar espacios verdes y protegidos como la Canyada de Trilles o la Lloma dels Frares». Desde «Godella en lluita contra les inundaciones» advirtieron que «no se pueden iniciar la construcción de más viviendas mientras no se dé una solución al problema de las inunciaciones». El colectivo plantearon que se ejecute, si cabe, edificaciones en la parte baja del municipio «ya que seguir llenando de cemento la parte alta no tiene ningún sentido»». Así, defendieron que si «hiciera falta construir a medio o largo plazo sería en las zonas bajas, y una tipología de construcción que no se ha hecho en Godella: viviendas para jóvenes y gente trabajadora de clases humildes».

Cabe destacar, que durante el pleno de enero Godella dio carpetazo definitivo al PAI en la Canyada de Trilles, al darlo por caducado. El consistorio basó su argumento ante el incumplimiento del agente urbanizador de la ejecución de las obras de urbanización en los plazos establecidos. La actuación abarcaba 159.000 metros, y contemplaba la construcción de 600 casas. El consistorio aseguró que el suelo mantendrá su calificación. Desde el colectivo presentaron un escrito solicitando que se aproveche el carpetazo y no se contruya más en la zona.