«La distancia lejos de la 'terreta' nos hace apreciar las cosas de la vida cotidiana». Es Noemí Conejo, una joven mislatera que este año ostenta el cargo de fallera mayor de la Casa Regional de València en París. «Estoy super ilusionada», admite la chica.
Noemí llegó a la capital gala en 2012. «Tras estudiar arquitectura y licenciarme, y ante el poco optimismo en el mercado laboral en España, decidí venir a París a hacer prácticas en una empresa a través de una beca Leonardo», relata. Y allí se quedó, con pareja y un hijo nacido en Francia. «Siempre he estado ligada a París. De pequeña mi profesor de pintura me contaba increíbles historias de su paso por la ciudad; mi primer gran viaje fuera de España fue también a París; y cuando me fui de Erasmus, también elegí París entre otras ciudades europeas», indica.
Pero cuando se asoma la primavera y con ella las fallas, la cosa cambia. «Pasado un tiempo empecé a echar de menos el calor y la alegría de los valencianos en estas fechas», admite Noemí. Hace un par de años, la Universidad Politécnica, donde se licenció, empezó a organizar encuentros de exalumnos en diferentes capitales europeas, dado el alto número de estudiantes emigrantes. «Fue allí donde conocía a Pilar, la fallera mayor de la Casa Regional en 2017,y la que me hizo descubrir esta casa, donde he conocido a grandes amigos, y con un gran corazón valenciano», explica.
La joven apunta que siendo fallera mayor «colmo una parte de mí, estando dejos de la terreta» y asegura que esa distancia «nos hace apreciar las cosas de la vida cotidiana». Noemí admite que ahora «la semana del 15 al 19 de marzo es la más esperada del año» y espera con ilusión su viaje a València. «Cada año la Generalitat nos invita a varios eventos en las Fallas de València, y además participarán en la Ofrenda, el día 17, con la comisión Alberic-Héroe Romeu», explica. En este sentido, agrede a las autoridades valencianas, «como Ximo Puig y Mónica Oltra, que con su ayuda permitan mantener estas casas». Noemí Conejo también expresa su intención de «ser una embajadora de la Casa Regional más allá de la semana de fallas y poder transmitir los valores y la cultura valenciana en todos los actos en los que participe la casa».
