Una semana después de que este diario publicara en exclusiva que el Ayuntamiento de Rocafort había exigido al de València, que abriera durante las 24 horas el Casal d'Esplai, destinado como centro de acogida a inmigrantes, el consistorio del 'cap i casal' anunciaba ayer a través de un comunicado que amplía el servicio en las instalaciones a día completo.

En cambio, sobre el requerimiento del municipio de l'Horta a obtener la licencia de actividad de la que ha carecido desde su apertura hace décadas, la administración capitalina anuncia que ambas entidades trabajan en solucionarlo, circunstancia que a Rocafort no le consta.

El Casal d'Esplai es un edificio ubicado en Rocafort pero propiedad del Ayuntamiento de València desde hace décadas, fruto de la donación de su propietario. Su finalidad ha sido como colonia de vacaciones o para campamentos infantiles y juveniles. Cuenta con cocina, zona de higiene y habitaciones con literas.

El edificio ha formado parte también de la red de acogida que ha desarrollado la «operación frío», una iniciativa que busca dar cobijo y cama a personas sin recursos para combatir los rigores del invierno y que finalizó el pasado mes de marzo.

La concejalía de Migración y Cooperación de València, ante «emergencia humanitaria a escala global», decidió ampliar la campaña y en pleno mes de abril seguía permitiendo la entrada de usuarios de 21 horas a las 7 de la mañana.

Rocafort afeó que no se le hubiera comunicada nada oficialmente al respecto, y reclamó en una reunión celebrada el lunes pasado entre Neus Fàbregas, edila del cap i casal, y el alcalde Víctor Jiménez, que si su intención era mantener este servicio que lo hiciera las 24 horas «para dar untratamiento digno a estas personas y que no vagaran por las calles del municipio el resto del día».

La concejalía de Fàbregas anunciaba ayer que atendía la solicitud Rocafort y ampliaba el horario del Casal a las 24 horas. Además, revelaba que pasada la campaña de frío, está cambiando el perfil de los usuarios, iniciando una transición para convertirse en un centro de acogida.

«La ampliación de horario es una prueba más de que este consistorio se toma muy en serio su compromiso adquirido al proclamar a Valencia como una Ciudad Refugio». La edila explica que «estamos viviendo una emergencia humanitaria a escala global. Lo que ocurre en nuestra ciudad y otras del estado español es consecuencia directa de los actos y acuerdos internacionales del gobierno estatal, la Unión Europea y otros organismos internacionales en los países donde las personas migran forzosamente».

València cuenta ahora mismo con 217 plazas de acogida, de las cuales 48 son las habilitadas en el Casal d'Esplai de Rocafort. Fàbregas resalta «el esfuerzo que como municipio hemos hecho para mejorar nuestra infraestructura de acogida, ya que Valencia ha pasado de disponer de 120 plazas en enero de 2015 a las 217 plazas en la actualidad, un incremento de más de un 80%».

Resuelta la primera petición de Rocafort, queda por solucionar la carencia de licencia de actividad, inexistente desde los inicios de la instalación. De hecho, el ayuntamiento de l'Horta puso sobre la mesa esta cuestión en la reunión del lunes. En el comunicado remitido ayer por la concejalía de Migración y Cooperación de València informaban que «respecto a la resolución técnica de la licencia, considerada necesaria desde el Ayuntamiento de Rocafort, ambos consistorios están trabajando en solucionarlo».

Rocafort dará facilidades

En este sentido, cabe señalar que València defendió la pasada semana, y parece que insiste en ésta, que al ser un edificio público no puede pedirse autorización a sí mismo, mientras que el consistorio de l'Horta sostiene que sí debe solicitarla al estar la instalación en otro término municipal.

El alcalde de Rocafort, Víctor Jiménez, manifestó ayer que ofrecerán «cuantas facilidades estén en nuestra mano para dar celeridad a la tramitación de la licencia», pero remarcó que «debe ser el Ayuntamiento de València el que inicie el expediente con una petición formal por registro de entrada», circunstancia que todavía no se ha producido, con lo que «no se puede trabajar con alguien para solucionar un asunto si la otra parte no ha movido ficha».