Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Compraventa de antigüedades

Ponen a la venta en Internet azulejos que podrían pertenecer al Castell de Alaquàs

Expertos y estudiosos del monumento piden a las Administraciones públicas que sigan la pista de las cerámicas

Una de las salas del Castell que tiene ricos pavimentos, durante una exposición. a. a.

La aparición en un portal de Internet de compraventa de antigüedades de azulejos presentados como de Alaquàs y «del siglo XV» ha generado la alerta entre los estudiosos del Castell de la población y algunos de los expertos que intervinieron en la rehabilitación del edificio, considerado Bien de Relevancia Local (BIC), entre los años 2005 y 2007.

El azulejo es blanco y azul, como la mayoría que cubren las estancias del Castell. La base es blanca y tiene diversos motivos geométricos azules. Aunque ese diseño concreto no se conserva en el palacio, sino otros parecidos, cabe destacar que, si bien las salas nobles tienen todavía los pavimentos cerámicos originales, como establecieron los trabajos del plan director y la restauración, también hay muchas estancias que, a lo largo de las décadas, los han perdido, debido a los numerosos expolios que ha sufrido.

Además, la referencia de que «hace composicion con los de el águila y las tres torres y la rosa geomérica» (emblemas de los Aguilar y los Martí de Torres, señores de Alaquàs) ha provocado que los principales expertos en el monumento consideren que ha de seguirse la pista de esta pieza y recuperarse. Especialmente porque el mismo portal ofrece actualmente otros tres azulejos (también los data en el siglo XV), con dibujos que sí aparecen en los pavimentos del Castell, aunque no fueran en la época exclusivos del edificio.

El director del Museu Nacional de Cerámica González Martí y miembro del equipo que restauró el Castell, Jaume Coll, considera que «el primer paso sería comprobar si evidentemente existe alguna prueba de que pertenezcan al palacio» y también tratar de determinar si esas losetas fueron adquiridas antes de 1918, cuando el inmueble no tenía ninguna figura de protección, o después de esa fecha. Dado que el Castell fue declarado monumento nacional el 21 de abril de ese año, piezas como los azulejos u otros ornamentos que forman parte del inmueble estarían también protegidos, actualmente como BIC y, por lo tanto, no pueden ser vendidos. «Pero hay que recordar que antes de la protección, el Castell estaba en ruinas y mucha gente adquirió azulejos, como el propio González Martí», añade Coll.

Por su parte, el arquitecto que estuvo al frente del equipo multidisciplinar que rehabilitó el Castell y redactó su plan director, Vicent García, considera «imprescindible» seguir la pista de todo el patrimonio que albergó el Castell. De hecho, el propio García defendía hace una semana, en un debate organizado por Levante-EMV, que el palacio «ha sufrido numerosos expolios en los últimos 200 años» e instaba a investigar dónde fueron a parar cerámicas, yeserías o tapices. De ahí que ahora considere que «el ayuntamiento y la conselleria tienen que actuar».

Paralización de una subasta

García ha recordado que el Ayuntamiento de Alaquàs ya hubo de intervenir en el año 2003, tras aprobar la expropiación y ocupar el edificio, al detectarse que una casa de subastas de Madrid ponía a la venta todo tipo de enseres y algunas cerámicas del Castell. En aquel momento, la dirección general de Patrimonio intervino y, si bien consideró que obras de arte y muebles no estaban afectados ni por la protección ni por la expropiación porque eran propiedad de la familia que tuvo el monumento desde los años 40 del siglo XX, los azulejos sí formaban parte del BIC, por lo que prohibió subastarlos y fueron recuperados.

Se daba la circunstancia de que uno de los factores que motivó la expropiación, un año antes, fue una inspección municipal dirigida por García en la que se detectó que el pavimento de la galería del sobreclaustro había sido levantado irregularmente (decenas y decenas de losetas de alto valor), sin permiso de la Conselleria de Cultura, y cubierta la superficie con cemento. De aquel hecho se derivó incluso una investigación interna en el Museu de Cerámica por la existencia de un presunto informe falso que habría avalado la operación. Y además, gran parte de aquellos azulejos nunca aparecieron ya que solo se localizaron unas cuantas cajas en una de las estancias del Castell.

Compartir el artículo

stats