Pilar Vicente murió el 24 de marzo de 2015. Iba a bordo del vuelo 9525 de Germanwings que partió de Barcelona hacia Düsseldorf y se estrelló en Los Alpes. A pesar de que se ha ido, nadie la olvida. Pilar Vicente fue maestra y directora del colegio público Mare de Déu del Pilar en Bonrepós i Mirambell hasta que se trasladó a Barcelona por razones familiares. «Era una mujer que allá donde iba, dejaba huella», cuenta su marido Luis. Y así ha sido siempre en Bonrepós, pues cada año dedican un homenaje para avivar su memoria. Este 24 de marzo de 2018 ha sido el más especial. La «mestra, companya i amiga»-como la recuerdan sus compañeros y amigos del centro educativo-estará para siempre presente en cada rincón del colegio de educación infantil y primaria.
La lectura, su pasión, está viva y seguirá estándolo siempre. Por lo menos en la biblioteca escolar Pilar Vicente que se ha podido renovar gracias a los fondos que la compañía aérea cede a los familiares de las víctimas y gracias a la iniciativa de los dos hijos de la docente, que impulsaron un proyecto específico destinado al centro que fue tan especial para su madre. «Queríamos que el fondo de la aerolínea fuera a un lugar especial para ella y presentamos un plan para mejorar el colegio, aquel al que había estado tan vinculada, pues allí tenía la plaza fija y estaba muy entregada», explica Luis, asturiano de nacimiento pero muy vinculado, por su mujer, a la «terreta valenciana».
Manel Gandul, actual director del colegio y amigo de Pilar, explica que «el proyecto que presentamos a sus dos hijos- para financiarlo con los fondos que ellos decidieron donar a la docencia- reflejaba dos de los pilares fundamentales en la manera de educar de Pilar: modernizar la escuela y dar importancia a la lectura». En total, el dinero cedido a las mejoras de la escuela ascendió a 66.400 euros. La docencia de Pilar seguirá presente en esa biblioteca remodelada y renombrada y en cada aula modernizada «tal como ella hubiera querido» traducida en digitalización de las clases con pizarras táctiles y conexión a internet.
Sentido homenaje
«Estaba entregada a su trabajo, le encantaba», recuerda el que fue su compañero de vida. Y «eso se nota», añade. Se nota, dice Manel Gandul, «por el amor que le tenían sus compañeros, por el amor que le tenían sus alumnos (ahora ex alumnos) que acudieron el pasado 24 de marzo al colegio para recordarla y por el amor que le tenían sus familiares, sus amigas y amigos, el pueblo de Bonrepós i Mirambell entero».
A la entrada del colegio hay un pequeño jardín que también llevará por siempre su nombre. En la fiesta en su honor el pasado 24 de marzo los asistentes plantaron un almendro para recordarla que poco a poco irá creciendo. Vecinas del pueblo hicieron un mural en el patio en el que se puede leer «El camí de l´espina sempre acaba en la rosa-en homenatge a Pilar» junto a ella tres dibujos de tres grandes rosas: una roja, una azul y una amarilla.
Bonrepós tendrá siempre presente a aquella «mestra, companya i amiga» que impulsó les trobades d´escoles en Valencià en el pueblo. La biblioteca escolar llevará su nombre en honor a aquella «impulsora de proyectos que siempre buscaba mejorar en la educación» a través de las estanterías plagadas de libros y de un mural que refleja las montañas asturianas que «tanto le gustaban».
