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«No sabía que era dueña de una torre»

Los ya expropietarios de Espioca aplauden el acuerdo que se ha logrado con el ayuntamiento y la Conselleria de Cultura

Conxa Garcia, carmen Amoraga con los ediles de Picassent y representantes de los dos grupos propietarios. l. sena

Aunque Picassent tenía la aspiración desde hace décadas de lograr que la torre fuera del municipio, el proceso se ha acelerado en los últimos tres años, a lo que han contribuido dos factores. Por un lado, la denuncia de un experto sobre que el monumento estaba en riesgo de colapso, que provocó la reapertura de un expediente en la dirección de Patrimonio. Por otro, el cambio de gobierno en mayo de 2015, cuyos nuevos representantes fueron más favorables a avalar y financiar la operación. «Mañana (por hoy) hace tres años de las elecciones de 2015 y Conxa García fue una de las primeras visitas que tuve como directora general por este tema», reconoció ayer Amoraga, al tiempo que agradeció la negociación de consenso que «abre un nuevo camino no explorado hasta ahora y un interesante punto de partida». En un comunicado posterior, su departamento indicó que la obra de restauración se sacará a concurso en breve.

Por su parte, la alcaldesa de Picassent, Conxa Garcia, recordó que «son muchos años de reivindicación para que la ciudadanía pudiera ver y disfrutar esta torre, que forma parte de nuestra historia» por lo que dio a las partes sus «más sinceras gracias». Además, destacó que un pueblo «es lo que es, en parte, por lo que han hecho sus antepasados y esta torre representa eso. El objetivo del ayuntamiento es recuperar nuestra historia y nuestro patrimonio».

El ya expropietario y representante de Benpaes, José Luis Ferrando, se alegró de la colaboración «privada y administrativa» que ha posibilitado el acuerdo porque «los particulares carecemos de recursos para restaurar un monumento y esta torre estaba sometida a actos vandálicos que la han deteriorado». «Estoy muy satisfecho», dijo.

Y Paloma Cantos-Figuerola Medina manifestó su «sensación de orgullo» por contribuir a que el monumento pase a manos del pueblo. «No supe hasta hace poco que era propietaria de una parte del un monumento del siglo XI. Me pareció increible. Este es el mejor acuerdo al que podíamos llegar todas las partes», dijo, para añadir que «de esta forma se podrá conseguir la rehabilitación».

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