Benetússser quiere potenciar uno de sus bienes patrimoniales más valiosos como es el Molí de Raga, antiguamente conocido como Molí Santa Teresa. El ayuntamiento llevará a cabo un proyecto de rehabilitación, que asciende a 630.000 euros, y que de momento empezará a ejecutarse en una primera fase con una partida presupuestaria de 100.000 euros que de momento será costeada por el consistorio a la espera de las subvenciones solicitadas a la Conselleria.
Esta primera fase consiste en la demolición del suelo y sus correspondientes catas arqueológicas cuyos hallazgos realimentarán al Museo. Actualmente el edificio alberga el Museo de Historia de Benetússer, compuesto por 3 salas que no llegan a sumar 40 metros cuadrados en su conjunto, «un espacio expositivo de dimensiones que resultan insuficientes a las necesidades de la Historia de Benetússer», señala la edila delegada de Cultura y Patrimonio, Remedios Navarro. La habilitación para museo en el año 2012 actuó sobre la parte de la vivienda del molinero, un cuerpo que se adosó al del molino original ya bien entrado el siglo XX. Esta actuación reforzó estructuralmente este cuerpo y organizó el espacio de la planta baja en torno al paso central de la casa, dejando la planta primera como un espacio diáfano sin huella de la que fue su antigua e interesante distribución o decoración.
«La rehabilitación del Molí de Raga que ahora se plantea es un proyecto global, que se propone alcanzar un horizonte de futuro de manera coherente, organizada y eficaz, evitando intervenciones parciales y precipitadas», explica. Según laconcejalade Compromís, a intervención pretende dotar al edificio de las condiciones básicas de seguridad y accesibilidad que permitan habilitarlo para albergar la colección museística -hallazgos arqueológicos- expuesta hoy en día, ampliarla con información de la Historia de Benetússer y exponer a su vez el cuerpo de molino con su maquinaria arrocera como objeto expositivo en sí mismo.
Recorrido museo-gráfico
Para ello se ha programado un recorrido museo-gráfico que acoge al visitante desde la vivienda, abierta a la Plaza del Molí, donde se concentrarán los servicios de recepción, aseos, escalera y ascensor, de acuerdo con la normativa vigente, así como el vestíbulo que introducirá al visitante al cuerpo del molino, «el cual ha sido objeto de minucioso estudio para proponer una restauración acorde a su valor patrimonial, donde se intervendrá de acuerdo a las técnicas tradicionales existentes en el edificio, evitando y revertiendo cualquier interferencia», explica Navarro..
El programa museo-gráfico contará con tres grandes salas de exposiciones, formadas por los espacios originales del molino, que sumarán un total de 186 metros cuadrados para albergar la actual colección del Museo de Historia y su ampliación, otras tres salas donde se expondrá la maquinaria del molino, respetando su situación original, ocupando un total de 208 metros cuadrados, una sala de proyecciones y una sala polivalente que se situará en la planta primera de la zona de la vivienda, además de los servicios asociados para el correcto uso del edificio.
