Una placa en el portal número 11 de la calle Mariano Benlliure de Xirivella lo dice: En el edificio viven personas con movilidad reducida. En concreto, hay tres vecinas en silla de ruedas. Maruja, de 85 años es una de ellas. El tratamiento de quimioterapia la ha dejado «hecha polvo» tras superar un cáncer de mama y camina en silla de ruedas. Su marido Roberto la ayuda en todo, pero las barreras a las que se enfrentan al salir a la calle son un obstáculo con el que tienen que lidiar cada día. Por eso, piden que el ayuntamiento rebaje la acera y acondicione una rampa para poder cruzar sin complicaciones. «Tenemos que ir hasta el final de la calle para poder bajar por una especie de rampa hecha con madera, mi marido tiene que hacer un esfuerzo muy grande», explica Maruja.
Roberto, su compañero, tiene una lucha abierta con el ayuntamiento. El pasado marzo presentó un escrito en el que pedía al consistorio «instalar en el zaguán de su domicilio una rampa desde la acera a la calzada para poder bajar la silla de ruedas» y, para que esto fuera posible, desplazar la plaza de aparcamiento para minusválido que hay justo en la puerta unos metros más delante. «Así podrían poner una rampa como han hecho en las calles vecinas». Cuenta que, al salir de casa «tengo que llevar a mi mujer por debajo de la acera». Sin embargo, sostiene que tras varias visitas al consistorio, no ha recibido respuesta. «No me hacen caso y esto es una necesidad para que mi mujer viva mejor». El matrimonio tiene reconocido un grado de dependencia por la Generalitat y una cuidadora atiende y ayuda a la mujer dos veces a la semana. «Ahora hemos pedido a ver si es posible aumentar la dependencia porque desde que la operaron la quimio ataca mucho su organismo y no puede andar», explica Roberto. Él, que también tiene 85 años pero goza de mejor forma física, limpia, hace la compra y sube y baja a Maruja en la odisea de salir a la calle.
El escalón de su portal supone, de igual forma, una dificultad para Maruja y otros vecinos. Por eso, la comunidad de vecinos se reunirá esta semana para pedir una subvención que costee parte de la reconversión de los escalones en rampa y una mejor accesibilidad en el ascensor del edificio.
Rebajar las aceras
El consistorio, por su parte, explica que rebajar la acera como pide la pareja «no está contemplado en la ordenanza municipal». No obstante, lo que sí se refleja es «la accesibilidad de todas las esquinas de las calles» y eso, dicen, «es lo que se está haciendo». «Poco a poco vamos rebajando las esquinas de las calles. En la vía donde vive la pareja todavía no se ha llegado pero debido a la agilización de las obras, la pequeña rampa llegará pronto».
