El gobierno local de Torrent estudia reformar la ordenanza que regula las condiciones de gestión de l'Antic Mercat de forma que sea más flexible "y adaptada a las condiciones actuales, la nueva realidad y las necesidades de venderores y usuarios", según explica el concejal de Comercio, Andrés Campos.

La infraestructura se construyó a finales del pasado mandato, tras demoler el antiguo edificio, y actualmente hay ocupados trece puestos de venta, además de la cafetería, mientras que ocho están vacíos. Para volver a ponerlos en funcionamiento, el consistorio ha de preparar una nueva subasta aunque existen ciertos impedimentos. Por un lado, hay vendedores que resultaron adjudicatarios por un período de 15 años pero han abandonado el puesto, por lo que habrá que resolver esas situaciones contractuales.

Además, el gobierno local pretende actualizar la ordenanza municipal que regula de adjudicación y la gestión antes de sacarlos a concurso, para que los futuros longistas se les apliquen otras condiciones. Para Andrés Campos, "las prisas del anterior gobierno del PP en inaugurar una obra que no estaba acabada provocaron que se hiciera una chapuza en la ordenanza, ya que encorseta demasiado el uso y concede a los adjudicatarios hasta 10 años para pagar el precio por el que pujaron.

Los puestos se adjudicaron por valores de entre 6.000 y 13.000 euros y aquellos negocios que se los quedaron disponían de hasta 10 años para abonar esa cantidad. "Pero todavía no se les han girado cuotas porque aún no se cumplían las condiciones que se pactaron con ellos, ya que el aparcamiento no ha podido ponerse en marcha hasta ahora y tampoco se ha instalado ningún supermercado en el sótano que aumente el flujo al mercado", indica Campos.

La causa es que la obra solo se recibió parcialmente el 2015, lo que permitió abrir el mercado, pero la del aparcamiento llegó más tarde. Tras la correspondiente tramitación administrativa, el aparcamiento se adjudicó hace semanas y se calcula que se pondrá en marcha en julio, con 38 plazas en rotación a precios reducidos y "con descuentos para comercios y personas con diversidad funcional del 10%".

De este modo, los vendedores del mercado solo pagan actualmente una cuota de repercusión de los gastos generales en función de los metros que tengan y, una vez se resuelva el tema de la ordenanza, se les cobrará el canon de adjudicación, según los años que se acordara con cada uno. Respecto a la reforma de la ordenanza, Campos reconoce que "es un proceso complicado porque no puede recortar derechos adquiridos pero también es cierto que ha de ser más flexible para que puedan ocuparse los nuevos puestos, dar más servicio y cubrir mejor las necesidades que demanda la población.

El edificio del mercado municipal tiene un subterráneo donde se planeó en su día, hace 15 años cuandoi comenzó a gestarse el proyecto, que se ofrecería a un supermercado, pero en los últimos dos años, ninguna de las superficies de alimentación han querido instarse "porque este tipo de negocios en un sótano es un planteamiento obsoleto". Por ello, actualmente se exploran otras fórmulas de negocio.

En la planta baja se sitúan los puestos de venta (13 ocupados y ocho vacíos) así como la cafetería. En la primera planta, la empresa mixta Aigües de l'Horta ha alquilado la mayor parte del espacio para ubicar su futura oficina de atención al público, por ello ahora la firma está realizando obras de acondicionamiento del espacio. Y la planta superior se utiliza como sala multiusos para numerosas actividades culturales.

El mercado se adjudicó por nueve millones de euros y lo financió la Generalitat Valenciana dentro del Plan Confianza. Recientemente el Consell ha hecho públicos determinados sobrecostes e incluso reclamaciones de alguna de las empresas, que podrían elevar en varios millones de euros más esta cifra. Teniendo en cuenta la mínima recaudación que se realiza actualmente del mercado y la cafetería, la infraestructura genera un gran déficit.