El Ayuntamiento de València ha iniciado finalmente los trámites para legalizar el llamado Casal d'Esplai, un edificio que tiene en el término de Rocafort y que, en los últimos meses, utilizaba como albergue para persona sin hogar.
Esta gestión se produce dos meses después de que Rocafort reciminara al gobierno local de València que hubiera cambiado el uso del centro, de albergue juvenil a alojamiento para personas sin hogar con servicio permanente, sin haber informado al consistorio de l'Horta y sin haber legalizado las instalaciones, ya que carecían de licencia.
Según informan en este consistorio, la solicitud de compatibilidad urbanística motivará que el ayuntamiento receptor evalúe las instalaciones e indique los requisitos que ha de tener el edificio para ser un centro de acogida. «A falta de que se pronuncien los técnicos municipales, estimo que estará todo correcto y, en todo caso, si València tiene que hacer alguna actuación, será mínima, ya que el centro es un albergue y estaba preparado para este uso», señala el alcalde de Rocafort, el socialista Víctor Jiménez, al tiempo que celebra que el asunto se haya resuelto «por la vía de la cortesía institucional» después de dos meses de tensión.
De hecho, el propio Jiménez llamó al alcalde de València, Joan Ribó, el lunes por la tarde, para darle las gracias por atender sus requerimientos y para ofrecer su colaboración si el consistorio de la capital decide utilizar el Casal d'Esplai como centro de acogida para parte de las personas refugiadas que llegarán al puerto de València a finales de semana a bordo del buque Aquarius.
Tras obtener la compatibilidad urbanística del edificio, seguirán todos los trámites para conseguir que el albergue tenga licencia de actividad, un asunto para el que Jiménez ofrece «toda la colaboración institucional», como hizo desde el inicio.
Lo detectó la Policía Local
El Ayuntamiento de Rocafort no fue informado del cambio de uso del centro por el consistorio de València de albergue juvenil a alojamiento para personas sin hogar, sino que tuvo conocimiento de que se había transformado en una dotación asistencial a principios del pasado mes de abril, a través de la Policía Local, que detectó algún problema de convivencia en la zona por los hábitos de algunos usuarios.
Por ello, el consistorio de l'Horta Nord instó a València a explicar el nuevo proyecto y a legalizar la instalación, así como cumplir determinados requisitos para prestar un mejor servicio a las personas usuarias de la instalación además de evitar cualquier situación de rechazo entre el vecindario.
Uno de los problemas era el horario que tenía el centro, que abría al anochecer, por lo que las personas que tenían que ir a pernoctar allí, en ocasiones, estaban en la calle durante horas a la espera de la apertura, expuestas al mal tiempo o a la lluvia. En este sentido, la primera condición que impuso el Ayuntamiento de Rocafort fue que el horario fuera de 24 horas.
De ahí que a finales de abril, el consistorio de València decidiera abrir las 24 horas de forma ininterrumpida el centro.
No obstante, quedaba pendiente la legalización del servicio por medio de la obtención de la licencia de actividad, un requisito que hasta ese momento no se había planteado, a lo que el Ayuntamiento de València se negaba por entender que no correspondía. Esta negativa provocó que Rocafort iniciara el procedimiento para clausurarlo, a través la petición del alcalde de ujn informe jurídico a los técnicos municipales para ordenar el cierre, como informó Levante-EMV.
De hecho, en este tiempo se ha producido un 'litigio' técnico de los dos consistorios en el que València ha acabado cediendo. Y desde el lunes, se tramita la nueva licencia. El alcalde de Rocafort, Víctor Jiménez, aplaude que «todo el asunto se resuelva» porque Rocafort no está en contra de este centro sino que pretendíamos su legalización».
