Francisco Salanova, hijo predilecto de Catarroja, ha dedicado toda su vida a la música y en concreto al oboe. Una trayectoria que ha sido reconocida por la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes AIE 2018. Fue el propio presidente de la AIE, el director de orquesta Luis Cobos, quien le hizo entrega del premio durante la asamblea general que esta asociación celebró en Madrid.
¿Cuándo comenzó su romance con la música y en concreto con el oboe?
Con 9 años. Empecé en la banda la Artesana de Catarroja, como anécdota recuerdo que a los 11 años desmonté el oboe entero y no supe montarlo, y cogí las llaves y me fui yo solo a Valencia a arreglarlo, aún me acuerdo de la bronca que me echó mi madre. Siempre he querido tocar el oboe, en mi familia mi padre tocaba la batería pero sin formación.
¿Cuándo vio que la música podía ser su profesión?
Empecé a cursar los estudios de oboe en el Conservatorio Superior de Valencia y allí empecé ya a tocar. Con 18 años entré en la Banda Municipal de Valencia -él no lo dice pero es el artista más joven en hacerlo- también toqué en muchas bandas, aunque especialmente en la Primitiva de Lliria donde estuve casi 20 años. También estuve en diferentes grupos de cámara como el dúo con el pianista Perfecto García Chornet, más de dos décadas.
También tuvo la oportunidad de estar en grandes orquestas nacionales e internacionales
Trabajé en la Orquesta Nacional, en la Orquesta de RTVE e incluso pude trabajar en la BBC de Londres.
y por qué le dijo no a la BBc de Londres?
Porque mis hijos eran pequeños, y si me los llevaba allí sabía que crecerían allí y se quedarían quedar y seguir sus vidas allí una vez fueran mayores, y yo no quería eso, yo siempre he querido volver a mi tierra.
¿Siente más satisfacción tocando o enseñando en el Conservatorio Superior de Valencia?
La enseñanza me ha robado el corazón. Para mí, mis alumnos son como mis hijos, siempre digo que es mi segunda familia. Tengo a más de 200 alumnos profesionales por toda España,ocupando plazas en la Orquesta Nacional,en distintas bandas municipales incluso hasta la filarmónica de Berlín. Y me siento muy satisfecho de que una de las aulas del Conservatorio lleve mi nombre.
¿Con 73 años, aún sigue en activo?
Ya no doy clase en el Conservatorio, me jubilé con 70 años, pero sí que sigo haciendo cursillos, másters, voy a Madrid con asiduidad y doy muchas clases particulares.
