En este sentido, el ayuntamiento emitió ayer un comunicado en el que lamentaba el retraso en la apertura de la piscina y «las molestias que esto pueda generar». Sin embargo, admitían que, tal como están las obras es «absolutamente inviable abrirla en las condiciones en las que se encuentra». «Nos hubiera gustado llegar a tiempo pero estamos arruinados, el ayuntamiento no tiene dinero porque tenemos mucha deuda, por eso, dependemos de las subvenciones y los trámites llegan cuando llegan», explicaba ayer a Levante-EMV el primer edil. Además de la dependencia de ayudas externas, «estamos realizando otras obras de mejora en el pueblo con casi 400.000 euros y en la piscina solo estamos invirtiendo 59.000 euros», explicaba el alcalde. La situación tildada por el propio alcalde como «desastrosa» está en vistas a solventarse. De hecho, Puchades recalca «el gran esfuerzo» que «estamos realizando para poder abrirla cuanto antes». Si a final de mes no está en funcionamiento, ha concluido el alcalde, «propondremos alternativas». Pero «eso sí, esperamos que esté lista y abierta al público entonces».