Ayer llegó el día que no queríamos que llegara. Ayer falleció Paqui Sánchez Díaz, 41 años, esposa, madre de dos niñas, hija y amiga. Es de toda justicia honrar y celebrar su persona, vida y existencia. Paqui ha estado durante cinco largos años ganándole batalla tras batalla a la terrible enfermedad con un coraje, valentía y dignidad admirables.

Ella nos contagiaba unas inmensas ganas de vivir cada instante, exprimiéndolo, sacándole todo el jugo para ofrecerlo con generosidad a todos los que la rodeaban.

Paqui nos ha dado un ejemplo de superación, de valentía, de aferrarse a la vida, de darse a su familia y a todos los que hemos tenido la gran suerte de compartir alegrías y pesares con ella. Comparto orígenes con Paqui, pues ambos somos hijos de pequeños comerciantes de Alaquàs y desde muy pequeños nuestros padres nos inculcaron los valores del respeto, esfuerzo y servicio a los demás. Con ese fundamento y con toda la fuerza e ilusión encaró y vivió su función de concejal del Partido Popular de forma ejemplar hasta el último instante. Aún en los momentos más complicados de su enfermedad nos sorprendía sacando fuerzas de flaqueza. Siempre aportando, siempre imaginativa, siempre dispuesta . Nunca se nos olvidará la imagen de Paqui ya en silla de ruedas encabezando la última despertà fallera y disfrutando como el que más tirando «trons de bac».

Ahora, seguro ya estará, allá en el cielo junto a Madre Josefa Campos, a la que adoraba, preparando algún evento o celebración, haciendo que continuemos sintiéndonos muy orgullosos de Paqui. Porque Paqui era todo pasión. Pasión por su familia, por sus hijas, su marido, sus amigos. Pasión por su pueblo y tradiciones. Pasión por las fallas y pasión por la vida.

Dice Isabel Allende que «La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo». Paqui siempre estará con nosotros.