El conflicto que, en el mes de abril, llevó a un grupo de activistas de la Canyada a tratar de paralizar la poda de un eucalipto monumental, una protesta por la que fueron denunciados por la Policía Local y han recibido multas de más de 600 euros, tiene su origen en el malestar que, desde hace años, existe entre la población por la desaparición de masa arbórea urbana. De hecho, después de dos años de trabajos para censar los ejemplares y controlar los que van desapareciendo, las entidades de la Junta de Barrio han calculado que han desaparecido unos 500 árboles -de las calles y de las pacelas privadas- en una década, y especialmente en los últimos años, que no se han repuesto o no se sabe dónde se han recolocado.
Ante esta situación de retroceso de la cantidad de árboles en la zona urbana, independientemente de las especies del bosque de la Vallesa, la Junta de Barrio de la Canyada (un organismo municipal recogido en la Carta de Participación Ciudadana) creó una Mesa de Arbolado en la que participan ecologistas (entre ellos socios de Agró), representantes de colectivos (la Asociación de Vecinos de la Canyada es uno de ellos) y miembros de los partidos políticos que quisieron sumarse.
Los trabajos de campo de este órgano permitieron localizar un total de 179 árboles talados en las calles de la Canyada, cuyos tocones aún se mantienen en la zona, aunque en muchos casos el corte se produjo hace años. En cuanto a las causas, en la Mesa apuntan a enfermadad, en algunos casos, o a falta de mantenimiento. Esta cifra recoge aquellos que han podido ser censados con la colaboración vecinal pero en la Junta de Barrio indican que puede haber más. La mayor parte de estos árboles se concentra en la zona más antigua de la Canyada.
Otro de los datos que han revelado los trabajos de campo de la Mesa de Arbolado es el del número de alcorques vacíos, bien porque los árboles se arrancaron en su día, o bien porque nunca se colocaron. En esta situación están 334 alcorques. Finalmente, el número de aceras en las que se han eliminado alcorques o nunca se hicieron y, por tanto, las calles carecen de árboles, 176.
A todos estos datos se suman las actuaciones de poda de determinados ejemplares que el consistorio ha considerado que tenían peligro «de una forma tan exagerada que el árbol ha acabado muriendo», explican en la Junta de Barrio. Estos casos han estado asociados especialmente a trabajos de poda provocados por el paso de líneas eléctricas o de la infraestructura del metro. «Se podan anárquicamente y, al final, mueren o hay que talarlos por el peligro que generan», indican.
Precisamente por ello, los activistas que protestaron en abril pretendían con su acción evitar la tala del eucalipto o forzar a que se hicieran trabajos más respetuosos con el árbol por parte del Ayuntamiento de Paterna.
Sin base de datos
Toda la situación descrita en los trabajos de la Mesa de Arbolado se refleja en las calles de la Canyada aunque la Ordenanza del Arbolado establece que en la web municipal debería existir una base de datos con el número de árboles talados, la ubicación que tenían, imágenes del ejemplar y tipología y el motivo del corte, así como el número y la especie de árboles repuestos, la zona donde se ubican los nuevos y el marco de plantación. Además, la norma incluye que se han de plantar tres ejemplares por árbol talado. «En 25 años no ha habido un plan municipal para replantar árboles sino que, en muchos casos, ha sido la iniciativa de los vecinos», dicen.
