Todos los años, desde finales del siglo XVII, el cuarto domingo de agosto, por especial Privilegio del Papa Inocencio XI, tío del tercer Conde de Parcent, Señor de la Villa, Almàssera celebra con gran solemnidad la fiesta de Corpus Christi, pompa que se vio realzada hace 28 años con la plasmación en sus calles de una procesión similar, o mejor, que la de la ciudad de Valencia, sobre todo en número de personajes bíblicos y dignidad que con que se representa la historia de la Salvación en su confluencia y convergencia con el misterio eucarístico.

Horas antes del inicio del cortejo religioso, buen número de los habitantes de su población aparecen por calles y plazas preludiando el acontecimiento que se va a vivir, gozosamente anunciado por las músicas y danzas de Corpus, destacando de entre ellas la de La Moma i els Momos.

En el origen de la singular celebración, encontramos el Miracle dels Peixets (dos) sucedido en 1348 -hace 670 años- a caballo de Almàssera y Alboraia, en su frontera natural, el barranc de Carraixet, del que se valió el obispo Hugo de Fenollet para organizar en València la primera solemnial processó de Corpus, y a Almàssera su independencia civil y eclesiástica de la metrópoli Alboraia.

Aparte la abundante documentación literaria existente, hay un testimonio pictórico importantísimo en el «reraltar» -la capelleta antiga- del templo parroquial, que es además un preciado museo de pinturas de excelente factura de los pintores Antonio Cortina (hijo del pueblo), Cardells y Remigio Soler, principalmente. El actual párroco, Vicente Ruix Contelles, tiene un interesante libro, «Almàssera, arrrels eucarístiques», donde detalla con minuciosidad la historia religiosa y civil del pueblo a través de su rico archivo y patrimonio pictórico.

El templo es un monumento a la Eucaristía, a la que está intitulado, y al visitarlo, Martínez Aloy hace 100 años quedó impresionado por «el edículo del altar mayor, trasunto de los monópteros, templos que en Grecia y Roma cobijaban bajo su redonda cúpula divinidades paganas,? de composición exástila, altura desmesurada, porque se pensó en un sagrario, en el que se ostenta el Santísimo en preciosa custodia sobre un magnífico trono de orfebrería, de 1878».

Cuenta el pueblo con una Venerable pendiente de que alguien se empeñe en su beatificación, María Navarro. Y con un fraile Jerónimo, José Lladró, excelente músico compositor, cuyas partituras duermen en El Escorial esperando que los coros y bandas de música (dos) del pueblo las rescaten algún día para la memoria histórica y las pongan en valor. Como está pendiente que el municipio ejerza el «ius honorandi» con el alma y motor del famoso Corpus actual de Almàssera, José Císcar Martínez, con lo fácil que es ser agradecido y reconocer los méritos de los hijos ilustres de la Villa.

Un Corpus que tiene ya dos libros escritos, «La Procesión del Corpus en Almàssera», de Manuel Monsonís Ruíz y Victor Monsonís Martí, y «Almàssera y su fiesta del Corpus», de Pedro Molero y éste servidor quien suscribe. Un Corpus pictórico, gráfico, audiovisual de la Biblia, popular, teatralizado por la inmensa mayoría de sus habitantes, actores y actrices, integrados en Amics del Corpus d´Almàssera. Si pueden, no se lo pierdan. Tarde del cuarto domingo de agosto.