Una de las citas más esperadas de las fiestas es la presentación del libro "Quaderns d'Investigació", que este año recoge seis trabajos (cinco estudios y un texto que acompaña las imágenes de la Memòria Gràfica) dedicados al Castell desde diferentes perspectivas, dado que la población está celebrando su centenario de la declaración como monumento nacional.

El director de la publicación, Enric Juan indicó que se han abordado historias que sucedieron en el Castell o lo tuvieron como eje, así como el impacto que generaba en la sociedad en monumento. Además, animó a las personas que investigan a continuar estos trabajos.

Por su parte, Adrià Hernández tomó la palabra para presentar su trabajo "El segle XVIII, un abans i un després del Castell i la Vila d'Alaquàs". El investigador repasó la trayectoria del señorío desde que en la guerra de Sucesión Joan Pardo de la Casta y sus seguidores se tienen que exiliar por ser partidarios de los Austria frente a los borbones, y como el monumento y las tierras entran, desde ese momento en un proceso de decrepitud que se arrastraría hasta el siglo XX.

El joven Joan Dols analizó el papel que desempeñaba el molino y sus arrendatarios, a partir de un documento que ha hallado, el estudio del cual permite conocer detalles de cómo era la vida en la población. También se incluye un trabajo de Ramón Tarín, que no pudo estar presente, sobre la acequia de Benàger, que pasaba junto al monumento.

El propio Enric Juan ha elaborado un trabajo sobre la estructura de la tierra y su transformación desde que se instituye el mayorazgo en el señorío (las propiedades no se podían vender sino que habían de pasar de una generación a otra), a principios del siglo XVI, hasta que se extingue, en 1889, ya en manos de la casa Manfredi de Cremona, heredera de los Aguilar y Pardo de la Casta. El trabajo concluye que la mayoría de familias arrendatarias de tierras durante siglos pudo lograrlas entre finales del siglo XIX y principios del XX.

Por su parte, Rafael Roca ha profundizado sobre la figura del último administrador que tuvo el Castell y primer propietario que no era un aristócrata, Julio Giménez, un trabajo para el que ha contado con la colaboración de los propios descendientes, José Alfonso Giménez Flores y su hija Raquel Giménez Rodríguez, a los que ha localizado.

En el apartado de Memòria Gràfica, este año se han compilado imágenes con el Castell como telón de fondo y María Teresa Guerrero ha escrito un texto que trata de explicar, desde el punto de vista más sentimental, lo que el monumento ha representado en las distintas etapas para la población.

Finalmente, la alcaldesa Elvira García defendió que, como en el poema de Estellés "Assumiràs la veu d'un poble", el trabajo colectivo que, a lo largo del siglo XX en diversos momentos ha realizado la población "en lugar de optar por una actitud individual" es lo que permitió darle la fuerza para mantener el monumento en 1918 y lograr la propiedad en 2003".