Las fiestas de Moros y Cristianos de Quart de Poblet ofrecen espectáculo a través de la música, la pólvora y los boatos, pero además persiguen desde hace años ser un libro abierto a la historia de tiempos pretéritos en los que las huestes de la Media Luna y las de la Cruz medían fuerzas para imponerse; tiempos que han dejado una huella indeleble en la cultura, gastronomía, toponimia, costumbres y tradiciones valencianas, tal y como destacó la alcaldesa de Quart, Carmen Martínez, en el pregón de la fiesta el jueves.

La Asociación de Moros y Cristianos del municipio, presidida por Daniel Sánchez González, ha realizado un trabajo de recopilación documental y recreación histórica para poner en escena un hecho singular recogido en el Cantar de Mío Cid: la batalla del Pla de Quart. La representación se hizo ayer, domingo, frente al castillo instalado en el paseo de la Biblioteca Pública Municipal. Los hechos que se representaron hacen referencia a un episodio de la conquista de València ocurrido en tierras quarteras.

El Cid Campeador fue rescatado de su destierro por el rey Alfonso tras reconquistar para la Cristiandad el territorio valenciano y su capital, donde se instaló con su familia. Tan solo nueve meses después el rey Yucef de Marruecos se lanzó a recuperar València, iniciándose así el mayor combate recogido en el Cantar de Mío Cid, de dos días de duración. El ejército almorávide sufrió su primera gran derrota en el Pla de Quart, donde acampaba, por un Cid que supo contrarrestar la superioridad numérica musulmana. Lo significativo de la victoria hizo que el rey Alfonso otorgara el perdón definitivo al Cid, a quien sus adversarios habían acusado de apropiarse de parte de los tributos entregados por el rey moro de Sevilla a la Corona.

Esta es la historia que la Asociación de Moros y Cristianos pone en escena cada año como culminación de sus fiestas. El acto comienza con la representación de la Alianza Cristiana, una potente discusión entre el Gobernador cristiano de Quart y un parlamentario pirata, que le ofrece una alianza. Fraguado el pacto, el embajador cristiano se dirige al castillo para exigir la rendición de los pobladores musulmanes. El diálogo concluye en una declaración de guerra y el desarrollo de la batalla del Pla de Quart, con la que las tropas cristianas toman de nuevo el castillo y la plaza.

Ensayos desde el mes de mayo

Ramsés Sánchez es el coordinador de los actos de lucha y de las representaciones. Para que todo salga perfecto, explica que en torno a 25 personas, entre embajadores, gobernador, centinelas, estafeta, capitanes, luchadores y luchadoras inician los ensayos en el mes de mayo. Se reúnen los martes de cada semana y empiezan a trabajar las escenas de lucha con palos. «No podemos olvidar que el enfrentamiento con espadas tiene cierto peligro. En la primera fase de ensayos luchamos con palos hasta que todos los movimientos salen perfectos; ya después pasamos a las espadas», explica.

Él se encarga de preparar el guion de los actos y de trasladarlo a los protagonistas para que quienes intervienen en los parlamentos en las representaciones se aprendan también los textos. Ramsés destaca el enorme esfuerzo que realizan y hace un llamamiento: «Viene mucha gente y animo a que se sume mucha más porque es muy bonito de ver, hay que felicitar a todos los protagonistas porque hacen un buen trabajo».