El pasado lunes comenzaron los trabajos de una transformación que dio sus primeros pasos hace ya un año con un proceso de participación ciudadana- no vinculante- en el que los vecinos y vecinas de la zona votaron la opción que ellos preferían. A partir de ahí, el Ayuntamiento de la Pobla de Farnals, encabezado por su alcalde, planteó una nueva disposición de la calle, una de las más importantes del barrio de la playa. El objetivo: «Convertir Caravelas en una calle de plataforma única, más accesible y peatonal en invierno, aunque en verano sí puedan aparcar coches», explicó el primer edil a finales de agosto a este periódico.
Las obras comenzaron el pasado lunes y hasta el momento se está «acotando la zona para no perjudicar ningún servicio», explicó ayer la empresa responsable, Geocivil, a este diario.
Malestar en el vecindario
Desde principio de semana existe un malestar por parte de los residentes que, al conocer el proyecto se posicionan, mayoritariamente, en contra. Los vecinos que rechazan los cambios lo hacen por la preocupación de «no poder aparcar», temiendo que tengan que hacerlo «cada vez más lejos de casa», tal como apuntaba ayer un vecino. El mismo que decía que «nos fastidian el aparcamiento, aquí hay problemas grandes con este tema y si la calle es peatonal...esto va a ser un caos».
Por otra parte, los hosteleros de la calle como Sergio del restaurante «Ca Sergi» apoya el proyecto. «Llevo desde octubre hablando con el alcalde y me he interesado por saber qué se va a hacer y cómo, lo importante es coordinarse para saber cuando abrir o cerrar», explica, al tiempo que añade que «el proyecto quedará chulísimo, el problema es que la gente no sabe qué se va a hacer exactamente», sentencia el propietario del restaurante. Antonio, otro vecino de la calle protagonista, piensa que el dinero que se va a invertir podría destinarse a otras cosas como «a juegos infantiles o a espacios de aparcamiento».
