El kiwi está esta última semana en boca de todos y no en términos alimenticios. La campaña de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) alertando de que la recolección prematura de kiwi valenciano amenaza con hundir el mercado ha provocado un malestar en algunos agricultores y comercializadores de los principales productores de este fruto situados principalmente en localidades de l´Horta como Picassent, Silla, Alcàsser o Albal o en algunos de la Ribera como Alginet, Llombai y Alfarp.
Un malestar que se ha incrementado después de que la Conselleria de Agricultura realizara el pasado 20 de septiembre una inspección a un almacén tras la denuncia de AVA. Según fuentes del Consell, en el momento de la visita había 6.000 kilos de kiwi en cajones de campo y estaban preparando 700 kilos en cajas de cartón con alvéolos de 3 kilos con destino a Francia, con fecha prevista de llegada el lunes 24. Se tomaron muestras de los kiwis en las dos situaciones descritas y se enviaron al Laboratorio de Burjassot. La muestra de kiwis en cajas de campo dieron un grado Brix de 5,6 (menor al mínimo necesario para poder iniciar la comercialización que es 6,2). Y la muestra ya acondicionada en alveolos ha dado un resultado de 6.5 (superior al límite mínimo establecido). "No se ha tomado ninguna medida por ser el kiwi un fruto climatérico que continua la maduración después de su recolección", señalan desde la Conselleria de Agricultura.
Sin embargo, pese a que no hubo sanciones, esta inspección ha creado "inseguridad" al comprador final y también al comercializador. De momento, uno de ellos, Openagro, ha decidido parar la comercialización "por miedo de que al final no se venda el kiwi porque incluso desde Francia me están preguntado si está verde, cuando nosotros no hemos variado nuestra forma de operar. El kiwi llega a un estado óptimo porque sigue madurando fuera del árbol, incluso como en el resto de frutas hay que inyectarle un producto para frenar su madurez", explica su gerente.
En cuanto a la recolección de este fruto, asegura, que se hace por zonas dependiendo de la climatología. "Varía mucho de una zona a otra de Picassent, en agosto ya habían kiwis en árbol con un 5,7 de grado Brix que es el que mide el nivel de azúcar", explica. Nivel que miden tanto agricultores como comercializadores. Y si no se comercializa, los agricultores se quedan sin vender su producto. "La publicidad que se está haciendo desde AVA ha paralizado la recolección y ha dejado sin trabajo a decenas de agricultores. Se recolecta cuando está en las mejores condiciones y siempre ha tenido muy buena aceptación por parte del consumidor", señala Vicente, un kiwicultor de Picassent, que como mucho otros ha sufrido robos "lo que ha hecho que algunos decidan recoger el fruto antes".
Gran inversión
Muchos de estos agricultores realizaron una gran inversión para dejar el cultivo precario de la naranja y optar por el kiwi, con una inversión de 48.000 € por hectárea, que aseguran "tardas al menos seis años en recuperar el fuerte gasto realizado". El kiwi valenciano, sin embargo, se ha ganado un gran prestigio y se exporta a lugares como Canada, Brasil y Francia. Por eso ni comercializadores ni agricultores entiende esta campaña de Ava. "Deberíamos ir todos a una y no perjudicar nuestro kiwi, no queremos luchas internas porque eso lo único que hace es favorecer al kiwi italiano, al que por otro lado no se le realiza inspecciones", señala precisamente le propietario del almacén al que le realizaron la inspección.
"Es un producto I+D, una gran apuesta por rentabilizar la tierra en Horta y deberíamos estar más apoyados", señala una kiwicultora de Picassent.
Tanto unos como otros tiene un mensaje claro: "El enemigo está fuera, no deben haber luchar internas que solo nos perjudican".
