Desde que en 2016 un problema de insonorización obligó a un juez a cerrar el edificio de la Llar parroquial, el Ayuntamiento de Bonrepòs i Mirambell no ha dejado de negociar para que este edificio fuera de nuevo de los vecinos. El consistorio planteó la opción de hacer una rehabilitación integral del edificio que el arquitecto municipal valoró en unos 400.000 euros. Hasta ahora el ayuntamiento tiene una cesión y ha invertido más de 100.000 euros en mejoras en los últimos años.

La alcaldesa Rosella Antolí ha declarado que ha «negociado hasta el final para que el edificio pasara a ser titularidad municipal y afrontar la reforma necesaria». El acuerdo con el arzobispado consiste en una permuta de toda la planta baja de la Llar Parroquial por un solar de titularidad municipal con un valor similar.

La historia de este edificio se remonta a los años 60 cuando un grupo de jóvenes del municipio pidió ayuda para conseguir un local para reunirse y hacer teatro. Un vecino compró un campo y todos los demás se volcaron de lleno en construirlo. Unos llevaban materiales, otros ayudaban a la construcción; otros vendían rifas y entradas para espectáculos.

Este edificio con esta emotiva historia fue entregado a la parroquia por considerarse que así quedaba en manos del pueblo. Desde ese momento el edificio ha albergado conciertos, teatro,cine, presentaciones falleras y actos cívicos. También se fundó allí la Unió de Llauradors i Ramaders y es sede de la Sociedad Musical.