La gimnasia artística es algo que siempre ha estado muy presente en casa de Carla Cerezo, en Almàssera. Desde pequeña, a los cuatro años de edad, comenzó a acompañar a su madre, Yolanda González, al Club Gym-Val, en el Polideportivo El Cabanyal de València. Ella practicó este deporte y, más tarde, se quedó como entrenadora en el club donde comenzó. No obstante, ha sido la constancia y la pasión lo que ha hecho que Carla haya ganado seis campeonatos nacionales, todos desde que comenzara a competir a los siete años, además de los autonómicos y provinciales.
Yolanda González no duda en afirmar que Carla «tiene algo especial» y que disfruta mucho haciendo gimnasia y, por tanto, «lo transmite al público». Pero este lenguaje no verbal lo ha ido desarrollando con el tiempo, desde que comenzó en los grupos de escuela de su club. Gracias también a que llevaba muy avanzada su psicomotricidad, enseguida comenzó a destacar y pasó a entrenar en los grupos de competición. Acababa de cumplir siete años cuando ganó su primer campeonato de España, que precisamente se celebró en València.
En ese momento entrenaba tres días a la semana, dos horas respectivamente. Pero poco a poco fueron aumentando y, en la actualidad, entrena cinco días a la semana, entre tres y cuatro horas. Sin embargo, se está enfrentando al problema de que no haya más salas de gimnasia artística en València. «Al final ella está más limitada que el resto de niñas que están compitiendo a su nivel», comenta su madre, que añade que en las instituciones no están siendo consecuentes con las circunstancias: «Si estamos trabajando un deporte de alto rendimiento, necesitamos un centro de estas características. No podemos tener deportistas de élite si no tenemos un sitio donde entrenarlos». Ahora mismo el Club Gym-Val acoge de manera conjunta a los grupos de escuela, que están iniciando, con los grupos de competición. Pero estas últimas no disponen de los aparatos que deberían, ni tampoco cuentan con las horas necesarias ni con la concentración.
Si la situación no cambia y tanto Carla Cerezo como otras niñas deciden seguir haciendo gimnasia de élite, tendrán que irse a Madrid. Esta perspectiva es algo que todavía no han asimilado sus padres: «Como madre voy a llevar fatal si algún día se va. Como entrenadora y gimnasta entiendo las aspiraciones de un deportista cuando llega a cierto nivel».
La pasión junto a sus estudios
Pero lo que sí ha tenido siempre muy organizado, y también ahora, son sus estudios. «A mediodía hago los deberes y estudio. Luego me voy a gimnasia y al llegar ceno y me voy a dormir. Siempre lo he llevado muy bien, y con buenas notas», afirma Carla.
El último campeonato nacional que ha ganado fue en julio de este año, en Guadalajara. Carla lo recuerda con mucho cariño, sobre todo los momentos con todas las niñas. Entre ellas, en la mayoría de casos, no hay competitividad y pasan muy buenos momentos. Carla no tiene como objetivo principal ganar, siempre sale a disfrutar y, con esto, si lo hace bien puede tener suerte. Quizá es esta magia lo que la ha consagrado como una deportista valenciana importante en gimnasia artística, además de la humildad con la que afronta todos sus premios.
