El barrio situado en torno a la plaza San Juan de Xirivella, en pleno centro de la ciudad, está en pie de guerra. Particulares y comercios recogen firmas para evitar la desaparición de su pequeño pulmón verde, un parque situado entre fincas con árboles de gran porte y juegos infantiles. La causa es que el Ayuntamiento de Xirivella y la Conselleria de Educación pretenden ampliar el colegio Gregori Maians que, por su antigüedad, presenta algunas deficiencias. Y el primer proyecto que se presentó al barrio, hace apenas unas semanas, consistía en ocupar gran parte de la zona verde con el nuevo edificio, que quedaría conectado con el antiguo a través de una pasarela que salvaría la calle y permitiría el paso de vehículos.

Los representantes municipales así lo plantearon al barrio en una asamblea hace varias semanas, después de estudiar el asunto con la comunidad educativa y con la propia conselleria. El alcalde Ricard Barberà explica que se optó por esa complicada solución porque Educación no les permitía inicialmente ampliar el edificio aumentando una altura ni en el propio recinto. «El colegio tiene algunas deficiencias como la falta de determinadas infraestructuras y la conselleria era muy restrictiva sobre dónde se tenían que construir», indica. En concreto y según fuentes municipales, Educación exigía una superficie de 8.000 metros cuadrados. Por ello, indican que el departamento de Urbanismo «sólo encontró una solución técnicament viable: ocupar la plaza de Sant Joan.

La respuesta del vecindario no se hizo esperar. Ya en el mismo Consell de Barri surgieron muchas voces contra el proyecto y en defensa del parque. Y a continuación, la ciudadanía se movilizó con regogidas de firmas en la mayoría de comercios del barrio, elaboración de pancartas y el anuncio de acudir al pleno de la próxima semana a protestar. «Este parque es un pulmón verde para el barrio. Hemos crecido con él. Nos da la vida. Purifica el oxígeno, amortigua el ruido del tráfico, es el principal punto de convivencia. Sin el parque, el barrio se muere», explican algunas de las vecinas que se han movilizado. «No estamos en contra de que se amplíe el colegio, pero no a costa de un parque. Xirivella es muy grande y hay otros espacios menos masificados donde pueden construirse centros escolares», añaden. «Nos están enfrentando a nosotros con el colegio. Han creado un problema en un barrio donde no existía», indica otra de las residentes.

Las quejas del vecindario, por un lado, y las discrepancias dentro del propio gobierno local tripartito (PSPV, Compromís, que tiene la alcaldía, y la marca blanca de Podemos, Xirivella Sí Puede) sobre la idoneidad del proyecto, por otro, provocaron esta semana una reunión de los representantes municipales con los responsables de la Conselleria de Educación, con la intención de plantear una alternativa. En el encuentro y al trasmitir Xirivella el rechazo del barrio al proyecto, en la conselleria han flexibilizado las posturas y se han mostrado dispuestos a estudiar una ampliación que se desarrolle dentro del recinto que hoy ocupa la escuela. «La protesta ciudadana nos ha dado el apoyo necesario», indican en el gobierno, al tiempo que añaden que el área de Urbanismo comenzará en breve a preparar el nuevo proyecto.

Por otro lado, el consistorio de Xirivella ha insistido en la importancia de «disponer de un nuevo colegio Gregori Maians de dos líneas que garantice la calidad de la educación pública del municipio en las próximas décadas» además de agradecer al barrio «la prepocupación ciudadana» que ha mostrado.