Fomentar al máximo la autonomía personal. Ese es el principal objetivo del programa que hace un tiempo puso en marcha el Centro de Tipología Mixta de Quart de Poblet (un complejo municipal de día y residencia para personas mayores y con diversidad funcional) con el objetivo de que las personas usuarias del servicio se sientan allí como en un hogar. Horarios y normas más flexibles son los pilares de esta iniciativa, que esta misma semana ha recibido un reconocimiento, por parte de la Fundación Pilares para la Autonomía Personal.

La entidad lo considera una de las mejores experiencias que se están desarrollando en España para mejorar la vida de las personas en situación de discapacidad o dependencia. «En mi vida decido yo» es el nombre del programa de atención e intervención con personas con discapacidad física que desarrolla el centro, gestionado por la empresa Gesmed.

En el centro conviven 46 personas mayores, otras 26 con diversidad funcional física y 20 a las que se les presta servicio sólo en jornada diurna. Y el objetivo de la plantilla, integrada por 70 profesionales, es que se sientan como en su propia casa, que cada vez adquieran más autonomía, y que convivan entre sí. Y es que si bien cada grupo dispone de especialistas y de espacios orientados a sus necesidades, no están separados. Comparten celebraciones, salidas de ocio y actividades muy enriquecedoras, como el mantenimiento del huerto plantado en la zona de jardín del complejo. El Ayuntamiento de Quart de Poblet optó por este modelo, único en la Comunitat Valenciana, ya que no hay otra residencia pública para personas con diversidad funcional física, tras escuchar y atender las demandas de este colectivo.

«En mi vida decido yo» se centra en el grupo de personas con discapacidad física, cada una de las cuales interviene en la construcción de su Plan de Atención y Plan de Vida, las herramientas para que se sientan que están en su casa, ya que para muchas es complicado el paso del domicilio familiar a la residencia.

El grupo se compone de 26 hombres y mujeres de una media de 44 años, con grandes limitaciones en la movilidad o a nivel sensorial y con un amplio abanico de patologías asociadas, que les hacen necesitar de apoyos para las actividades básicas de su día a día.

Uno de los objetivos del programa es que mantengan su ocio y el desarrollo de actividades que les llenen, lo que ha llevado a organizar cine-fórum (el último sobre la película «Campeones»), salidas al cine o al teatro, el huerto urbano o las celebraciones de cumpleaños que cada persona elige. Disponen de la sala Snoezelen, de estimulación sensorial, en la que pueden disfrutar de películas.

También se tiene en cuenta la religiosidad. Uno de los residentes procede de Marruecos y es de religión musulmana, por lo que se ha adaptado su dieta (ausencia de carne de cerdo), se le facilita lo necesario para prepararse té moruno y se respetan en cuenta sus momentos de descanso y oración.

La intimidad es sagrada por lo que el personal siempre llama a la puerta y sólo entra cuando lo autoriza la persona, que tiene llave para abrir y cerrar cuando quiera, y mantiene confidencialidad absoluta en casos como los de personas que no pueden usar su móvil y necesitan que alguien lea y responda mensajes. Además, son ellos y ellas los que diseñan y decoran sus habitaciones, en función de sus gustos y su propia individualidad, y todo está adaptado para que se sientan cómodos.

La participación en la comunidad es otro de los pilares. Hay socios del Club de Ajedrez, otros hacen voluntariado en los Esplais y en la asociación Lluerna, participan en las grandes actividades de la ciudad, acuden a clases en los cursos de informática del ayuntamiento y hay quien recibe regularmente a las clases de inglés de la escuela de adultos.