"Darrer diumenge d'Octubre"
Badenes reivindica el mestizaje en la historia del pueblo valenciano
El cronista del Puig guía una visita a la ermita de Sant Jordi y repasa la historia de la batalla

L. Sena
Laura Sena | El Puig de Santamaría
Más allá del conocido "Aplec" que protagonizan desde hace décadas distintas formaciones políticas en el Puig, el llamado "Darrer diumenge d'octubre" es también una jornada para la reflexión cristiana y para la reivindicación cultural. De este modo, tras la misa "per la pàtria, la pau i la la justícia", organizada por el Centre Pare Tosca-Amics de l'Oratori, una treintena de personas participó ayer en una ruta a la ermita de Sant Jordi, en el camino a la Pobla de Farnals, guiada por el cronista del Puig, Julio Badenes.
El investigador local y profesor explicó al colectivo la batalla del Puig en la que el ejército cristiano de 2.500 infantes venció a las tropas musulmanas integradas por 11.000 hombres, que había dispuesto el rey Zayán, e hizo mención, para ello, a los tres textos más importantes que la recogen: la crónica de San Juan de la Peña (atribuye a Sant Jordi la victoria), la Cronica Latina (sitúa la intermediación de la Mare de Déu del Puig como la clave) y la de Bernat Desclot (no se refiere a ningún elemento sobrenatural sino que narra la estrategia militar).
En este sentido y haciendo referencia al valor de la multiculturalidad por el que hoy se aboga, Badenes defendió que en la época se produjo "un choque entre los valencianos, que eran los musulmanes, y los que venían de fuera, que eran los catalanes y los aragoneses, lo que resultó un fuerte choque entre dos culturas". Por ello, defendió que en el siglo XXI y desde la conciencia histórica, "hay que ir más allá de los hechos, reflexionar y darnos cuenta que los valencianos no somo más que el fruto de una historia de mezcla de culturas".
Respecto a la ermita, Julio Badenes explicó que las autoridades de la época la proyectaron en el siglo XVI aunque quedó acabada en el XVIII, y que en 1927 fue comprada por el Ayuntamiento de València y decorada con determinados mosaicos que representan a Sant Jordi y la batalla. El consistorio del Puig tiene cedido el uso, de forma que tiene una llave y permite excursiones organizadas pero el monumento no está abierto con horario permanente desde la jubilación de los antiguos caseros.Misa en el monasterio
El grupo que visitó la pequeña ermita estaba capitaneado por el sacerdote August Monzó, que horas antes había oficiado una misa ecuménica "per la pàtria, la pau i la justícia" en la iglesia del monasterio, celebrada en valenciano y con predicación de Javier Piquer, pastor evangélico de València. Ya en la ermita, el grupo colocó tres banderas (la de Sant Jordi, el penó de Jaume I y la senyera con franja azul) y leyó dos oraciones de Sant Jordi correspondientes a distintas iglesias dentro del cristianismo.
La celebración cantada fue seguida por decenas de fieles y transcurrió en un ambiente de tranquilidad frente a la situación de 2017 cuando el colectivo organizador pidió más medidas de seguridad al haberse autorizado para ese día en el Puig una concentración de la extrema derecha.
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