La temporada de la quema de la paja del arroz ha finalizado sin crear problemas de contaminación en el área metropolitana de València, como sí sucedió el año pasado por dos cuestiones entrelazadas. La primera es que ha llovido dentro de los parámetros normales para los meses de septiembre y octubre, lo que corrige la precariedad hídrica de 2017. Además, ha resultado un mes muy frío, según los datos de Aemet.

Todo ello ha provocado que con trabajos de esparcimiento y limpieza se haya subsanado el problema. No han existido suficientes días sin lluvias para llevar a cabo un programa de quemas que eliminase los restos y sólo se ha calcinado entre un 5 y un 10 % de todo el material cortado. Sin embargo, no se han registrado problemas de contaminación del agua, por lo que la mortaldad de peces ha sido la normal, sin darse ninguna situación extraordinaria.

Cuando se suceden las lluvias, los labradores aplican diferentes medidas que también pueden ser efectivas para actuar con la paja. El presidente de la comunidad de regantes de Sueca, José Pascual Fortea, explica que las cifras de lluvias registradas son las normales, por lo que las quemas que provocaron problemas en el área metropolitana de València fueron ocasionadas por periodos de sequía.