Tras la gran riada, la construcción del nuevo cauce del Turia y de la V-30, la población de la ciudad de València y de la zona de l'Horta Sud quedó partida en dos. La CV-400, sin embargo, consiguió conectar ambas poblaciones. Ahora, para unir definitivamente el barrio de Sant Marcel·lí con la comarca , y reducir las emisiones de gases contaminantes, la conselleria de Obras Públicas presenta la ejecución de una nueva vía ciclopeatonal. Un proyecto con una longitud aproximada de 1.734 metros que limitará al norte por la glorieta de inicio de la CV-400 en la ciudad de València (junto al barrio de Sant Marcel·lí) y al sur por la vía ciclopeatonal existente en la CV-407 (en su confluencia con la CV-400 en el linde de Paiporta y Benetússer) con un carril que compartirán viandantes y ciclistas. Beneficiará a más de 100.000 personas.

«Un proyecto ilusionante creado para que la gente que quiera acceder a la ciudad de València no se encuentre con un muro infranqueable como se venía sufriendo hasta ahora», aseveró ayer María José Salvador, consellera de Vivienda, en la sede de la Asociación de Vecinos de Sant Marcel·lí, donde se presentó el proyecto. A la presentación también asistieron los concejales del Ayuntamiento de València Vicent Sarrià y Giuseppe Grezzi, así como los alcaldes de Catarroja y Paiporta, Jesús Monzó e Isabel Martín. Este proyecto cuenta con un presupuesto de más de 5,9 millones de euros a realizar en un plazo máximo de 24 meses con el que se busca dar continuidad al carril bici CR-400 (pegada a la CV-400 y que da acceso a Benetússer, Alfafar, Massanassa, Catarroja y Albal) hasta el núcleo urbano de València. La actuación, ya anunciada en 2017 y de la que se continua sin concretar cuándo se iniciarán las obras, está cofinanciada con fondos europeos Feder para la promoción del patrimonio natural del paisaje de la huerta y de los espacios naturales de l'Albufera y el Parque Natural del rio Turia.

Cuatro estructuras

Esta iniciativa se divide en la construcción de dos estructuras principales. Primero, un paso inferior bajo la plataforma de la carretera CV-407, con una longitud de 31,5 metros que permitirá conectar el Tramo 2 del Anell Verd Metropolità de València con la vía ciclopeatonal CR-400. La segunda de estas grandes estructuras es la edificación de una pasarela de 300 metros de longitud sobre el nuevo cauce del río Turia y la V-30. Esta última tendrá dos miradores cubiertos sobre los pilares centrales.

También se incluye un acceso sur a la pasarela, de 136 metros de longitud, con rampas del 8 % y decansillos cada nueve metros. Y un acceso norte, con un rampa de 130 metro de longitud y 5 de ancho.

El proyecto supone también una buena noticia para el vecindario de Sant Marcel·lí. «Somos muchos los que tenemos huertos y campos en Sociópolis y tenemos que coger el coche para un trayecto de tres minutos que, con esta nueva iniciativa, podremos hacer en bicicleta o incluso andando», reconoció el nuevo presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Marcel·lí, Salvador González. Y es que la distancia de dichos municipios con la ciudad de València es inferior a 6 kilómetros en el trayecto más largo. No obstante, en la actualidad, la conexión ciclista y peatonal con València solo puede realizarse a través de un puente, el de la calle José Soto Micó, con accesos muy precarios y peligrosos y con una iluminación que brilla por su ausencia.

De esta forma, Salvador reconoció que el deseo de este proyecto «es volver a unir la ciudad de València con algunos de sus barrios como La Torre, su huerta y los municipios del sur, de los que quedó traumáticamente separada con la construcción del nuevo cauce del rio Turia y la autovía V-30 sobre ambas marginales, y que hizo que fuera reduciendo progresivamente el vínculo social y cultural entre los habitantes de la ciudad y los espacios naturales de este entorno».