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El plan de la huerta obliga a derribar más de 20.000 metros de naves en l'Horta

El Plan de Acción Territorial identifica 21 enclaves que suman 170.000 metros cuadrados en una decena de municipios

El plan de la huerta obliga a derribar más de 20.000 metros de naves en l'Horta

El Plan de Acción Territorial de la Huerta, aprobado recientemente por la Generalitat, desarrolla dos figuras urbanísticas previstas en la Llei de l'Horta con la clara pretensión de impulsar la recuperación de la superficie agrícola degradada en València y su área metropolitana durante los últimos años.

Los dos protagonistas platean que en cada zona afectada se recuperen dos partes del terreno, a cambio de que la tercera asuma la posibilidad de edificar en ella. En este sentido, las alternativas son o bien rehabilitar los edificios existentes si están en mal estado (en el caso de los enclaves), o por otra parte la transformación urbanística o nueva construcción (si hablamos de sector). En cualquier caso, su tramitación y aprobación estará controlada por la administración competente en materia de ordenación del territorio.

El plan de la huerta blinda más de 11.000 hectáreas de suelo agrícola de alta calidad y desclasifica otras 1.500 que los planes urbanísticos ponían en el punto de mira. Así, el documento identifica en la comarca de l'Horta un total de 21 enclaves, que serán declarados mediante un procedimiento administrativo muy abreviado por la conselleria y cuya gestión quedará a cargo de los ayuntamientos.

Aldaia, líder en superficie

Esos 21 enclaves identificados se encuentran en una decena de municipios de la comarca, sumando alrededor de 170.000 metros cuadrados, de los cuales más de 20.000 son construcciones, principalmente almacenes. Por ejemplo, Alaquàs registra tres enclaves con un total 6.423 metros cuadrados, 1.600 de ellos edificados y el resto de regadío o improductivos; Albuixech solo tiene una zona de 1.900 metros; Aldaia presenta una superficie de 74.000 metros de huerta afectada, con unos 3.500 metros de almacenes y oficinas; casi 10.000 metros se han identificado en Almàssera, 4.500 de ellos con edificaciones; en Burjassot se han detectado dos enclaves que suman más de 13.000 metros; en Meliana cerca de 4.500, todos ellos de regadío; mientras que Paiporta tiene 18.500 metros de suelo improductivo.

Los dos últimos municipios afectados por el PAT presentan un par de peculiaridades. En la Pobla de Farnals, de los 3.900 metros cuadrados de su único enclave, 43 están destinados a uso deportivo, concretamente un frontón, muy próximo a la depuradora. Por otra parte, en el Puig de Santa Maria se han identificado tres zonas de 33.153 metros (el segundo municipio más cuantioso), de los 10.400 están edificados, concretamente dos naves, una en ruinas de 9.500 metros.

Los promotores de los enclaves, explican fuentes de la conselleria, deberán recuperar la edificación, rehabilitarla o reedificarla, ocupando un máximo de un tercio del enclave en este proceso. Las edificaciones que se construyan no tienen que ser solo residenciales, pueden ser terciarias siempre que sean compatibles con los nuevos usos previstos en la huerta que incluyen restauración, alojamiento hotelero, gastronomía, ocio y movilidad sostenible. Los propietarios del suelo deberán regenerar los restantes dos tercios del suelo que deberán volver a ser huerta en producción, algo que obligará a despavimentar hectáreas de huerta.

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