Las principales calles del centro de Silla volvieron a acoger el sábado un año más, y ya van veinte, a miles de vecinos y visitantes que disfrutaron del ambiente proporcionado por el aroma, los manjares y el saber hacer de los puestos artesanales de la Fira de Sant Sebastià, que se inauguró el pasado viernes. Además, el buen tiempo acompañó, lo que permitió al alcalde, Vicent Zaragozà, atreverse a calificar de éxito esta 20ª edición de la cita cuando todavía quedaba un día entero de feria: «De momento se están superando las expectativas. Los comerciantes nos comentan que está habiendo más compras que el año pasado», aseguraba Zaragozà ayer por la tarde.

Alrededor de un centenar de puestos de comerciantes y asociaciones trataron de hacer las delicias de un público muy familiar, en el que destacaban los niños, que no dejaban escapar la oportunidad de saborear algunos de los dulces que se vendían en la feria, como los chocolates de Comes, un comercio de Sueca con pedigrí -funciona desde 1870- que no se ha perdido una sola edición de la tradicional cita de Sant Sebastià. «Es una manera de darnos a conocer más. Siempre venimos porque la gente se vuelca y nos sale bien», señalaba David Peris, responsable del estand, mientras seguía con la venta de dos de sus «productos estrella»: el chocolate negro puro y las barritas a la piedra. Muchos son los comerciantes que repiten enero tras enero en la feria sillera, pero también los hay recién incorporados.

Es el caso de Alicia, la propietaria de un restaurante especializado en productos gallegos con 35 años de trayectoria, que participa este año por primera vez en la Fira de Sant Sebastià. «Hemos venido por lo que habíamos oído de esta feria. Nos decían que tiene bastante afluencia de público. Ayer -por el viernes- fue flojito, pero las perspectivas ahora son buenas», revela Alicia, que ha traído desde Lugo pulpo, churrasco, Ribeiro, pimientos padrones o empanadas de primera calidad.

Las calles de Valencia y San Roque, así como la plaza del Poble o del Mercat Vell, se vistieron de Edad Media para crear un ambiente propicio que atrajera a los más de 40.000 visitantes que espera la feria durante todo el fin de semana. En los puestos les esperan desde jabones aromáticos y bisutería hasta navajas y cuchillos, dulces tradicionales, los típicos blasones, bastones, productos de peletería, licores o alfarería. Todo ello acompañado por música en directo, atracciones para los más pequeños y un homenaje a la tradicional vela latina de l'Albufera de Silla.

Mientras, en l'Albereda se suman los estands de los múltiples comercios y asociaciones locales que colaboran con la feria, amén de otros negocios de salazones, quesos, carnicerías o de apicultura llegados de cualquier punto no solo de la Comunitat Valenciana, sino de toda la geografía nacional, que estarán abiertos hasta hoy a las 20.30 horas.