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Mislata pone coto a las palomas

El consistorio inicia una campaña de buzoneo prohibiendo alimentar a las aves de la vía pública

Mislata trata de poner coto a las palomas

Mislata trata de poner coto a las palomas

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Mislata trata de poner coto a las palomas A. C. | mislata

El Ayuntamiento de Mislata ha realizado una campaña de buzoneo por diferentes barrios del municipio para tratar de concienciar a los ciudadanos respecto al control de avifauna urbana. Desde el consistorio mislatero enmarcan la iniciativa en la «prevención» y la «recomendación», y no por un aumento de las plagas ni por un incremento de quejas o denuncias vecinales al respecto.

En los folletos que han recibido los vecinos en sus casas, el ayuntamiento incide en el control de las palomas, dado su condición de «vectores de transmisión de numerosas enfermedades, como la alveolitis pulmonar, la gripe aviar, o la salmonelosis, entre otras». Además, derivan otras consecuencias, como la presencia de ratas que tratan de alimentarse de los huevos y los pichones.

Por ello, el ayuntamiento mislatero recuerda en el panfleto, que la ordenanza de protección del animal doméstico prohibe alimentar a los animales en zonas públicas «cuando a consecuencia de ello se ensucie el espacio público o se fomente la proliferación de animales callejeros». En este sentido, la sanción irá de los 100 euros hasta los 750.

Quejas de vecinos y comercios

Y es que vecinos y comerciantes han mostrado su malestar por la presencia de palomas en sus barrios. Por ejemplo, en el entorno de la calle Cardenal Benlloch. Basta con sacar una cámara y tratar de captar una de las palomas que anidan en la zona para que un vecino no exprese sus quejas: «Esto es una guarrada. Está lleno de cagadas y las palomas solo traen que enfermedades», asegura una residente a este diario.

También los comerciantes, sobre todo aquellos que regentan negocios alimenticios. «Mira ,-señala una panadera-ahí, sobre el aparato de aire acondicionado, hacen el nido y ponen todo esto perdido», critica. Enfrente, otro establecimiento de productos cárnicos. «En el toldo de arriba hay una muerta. Se posan en cualquier sitio y lo dejan todo sucio», afirma la propietaria. Eso sí. Vecinos y comerciantes afirman no haber visto a persona alguna alimentando las palomas del barrio.

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