Detrás de las multas de fotorrojos hay más que números, en algunos casos hay dramas sociales como el de V.C. que el 10 de julio deberá ir a juicio porque la administración le reclama 2.400 euros por once multas por saltarse en semáforo en rojo en la avenida de La Rambleta de Catarroja, desde febrero hasta septiembre de 2017. El problema es que todas esas multas le llegaron a su anterior domicilio que aparece en el carné de conducir y este hombre de 66 años, que ahora vive en València, no se enteró de su existencia hasta que una pareja de policías fue hasta su domicilio a retirarle el carné de conducir. «Yo no sabía que tenía que cambiar el domicilio, no soy un hombre muy instruido, si alguien me lo hubiera dicho lo hubiera hecho, pero ahora con mi pensión de 600 euros, yo enfermo y mi mujer enferma y mi hijo en la cárcel no puedo pagar esa multa de 2000 euros», confiesa. V.C. lo que más lamenta es haber perdido el carné de conducir. «Me he gastado más de 500 ? en hacer de nuevo el examen que he suspendido, y no puedo ni ir a ver a mi hijo a la cárcel y necesito ir al IVO a seguir mi tratamiento», confiesa.
