Alfonso, el dueño de una yorkshire, ha denunciado ante la Guardia Civil, que el can de su vecino mató a mordiscos a su perrita «Pipa» cuando sus padres se disponían a entrar en su vivienda.

Los hechos sucedieron el pasado viernes, poco después de las diez de la mañana. Los padres de Alfonso llegaron a la caseta de campo familiar, situada en la urbanización Barranco Hondo, en las proximidades de la planta potabilizadora de La Presa de Manises. El inmueble, destinado a pasar un día festivo o pequeñas temporadas veraniegas, tiene una puerta que da acceso a una zona común compartida con otras viviendas.

Antes de entrar, relata Alfonso a este diario, sus padres se percataron de que el perro de raza peligrosa de su vecino se encontraba en la zona común, suelto y sin bozal. Primero pasó su padre y cerró la puerta para evitar que el can se escapara. Posteriormente, entró la madre, que llevaba a «Pipa» de la correa. Nada más entrar en el recinto, el can del vecino se abalanzó sobre la yorkshire. Los intentos de los padres de Alfonso por apartar al perro fueron en balde. «Pipa» sufrió daños de extrema gravedad, con varias fracturas y la perforación de pulmones. «Mi padre se la llevó rápidamente al veterinario, pero llegó ya muerta. Fue espantoso, la destrozó», relata Alfonso.

El propietario interpuso el sábado la pertinente denuncia en la comandacia de la Guardia Civil de Aldaia. «Dentro de la desgracia, ha sido la perra, pero podía haber sido un niño o un adulto. En el zarandeo, casi tira a mi madre, que está operada de la espalda», advierte.

Alfonso explica que llamaron a los dueños del perro, que se personaron en el lugar y lo volvieron a encerrar, anunciando que correrían con los gastos del veterinario. «Pero eso no nos vale. Hay que extremar la precaución. No es la primera vez que estaba suelto y al final ha pasado algo grave», afirma.