La llegada de las Fallas y la celebración de algunas actividades multitudinarias que la fiesta conlleva volverán a sacar a la calle los Puntos Violeta en los municipios de l'Horta Sud. Las carpas que la Mancomunitat proporcionó en 2018 a los consistorios y que las corporaciones dotaron con personal técnico, policial y voluntariado, según el caso, ya han tenido presencia en las calles en los fines de semana previos en algunos de los actos más multitudinarios como las cabalgatas. Y durante la semana fallera, se instalarán en los puntos y actividades que los consideran críticos.
La Mancomunitat entregó las carpas el pasado verano a los municipios y prestaron un servicio durante las fiestas mayores y patronales de la mayoría de poblaciones. Grandes conciertos, desfiles de moros y cristianos y otros eventos multitudinarios contaron en este asesoramiento. Según el balance realizado meses después con los departamentos de Igualdad de los municipios, las carpas se utilizaron en varios cientos de actos en los primeros tres meses de existencia
En el caso de Torrent, el Punto Violeta atendió a medio millar de personas durante las fiestas. Aunque no se denunciaron agresiones, la experiencia sirvió para que numerosas mujeres contaran experiencias por las que habían pasado en temas de acoso y otras tantas recibieron información sobre los recursos que están a su disposición. En Alaquàs, el consistorio realizó una formación previa sobre cómo actuar a una treintena de personas voluntarias que atendieron por turnos el Punto Violeta en sus fiestas. En Aldaia, la carpa permitió que una mujer acudiera a quejarse sobre un acosador en un concierto y se trasladó el asunto a la Policía Local para que actuara. En Mislata, desde el Punto Violeta se llamó la atención a un asistente a una actuación multitudinaria que portaba una camiseta con contenido considerado machista y se dio la vuelta a la prenda para esconderlo.
Fuentes de la Mancomunitat de l'Horta Sud indican que los objetivos eran ofrecer a pie de calle información sobre los servicios municipales o de otros organismos, y sensibilización contra la violencia machista, además de ejercer una función disuasoria. Tras la experiencia, la propia institución comarcal va a reforzar su personal en el área de políticas de género y ha abierto el proceso para contratar a una agente y a una promotora de Igualdad, que actuarán, en el futuro, coordinadas con las técnicas de los ayuntamientos de la comarca.
