La portada del llibret de la comisión, con la única imagen de una silla de madera, era el misterioso anticipo de lo que sería el monumento que Antonio Molle-Gregorio Gea de Mislata ha plantado en su demarcación. En un improvisado viaje en el tiempo, y haciendo honor a la letra de 'El Fallero', los vecinos se han encontrado con una falla a la antigua usanza, formada a base de sillas de madera, que apiladas forman una pirámide de trece metros de altura.

«Ja estem... asentats!», es obra de los artistas David Zahonero y Paco Cuadros, si bien la idea les vino impuesta por la comisión. Así lo explica el presidente Emilio Martínez. «El pasado mes de mayo estrenamos el nuevo casal. Desde la fundación de la falla, hace ya 38 años, siempre hemos ido cambiando de local, con una frecuencia de unos diez años, pero ahora este ya es el definitivo, así que podemos decir claramente que «estamos asentados», indica el dirigente como punto inicial del monumento de este año.

Y que mejor manera de escenificar el asentamiento que con decenas de sillas, concretamente 320, el número de falleros inscritos en la comisión mislatera.

La mayoría de sillas son blancas, algunas sin asiente, pero también las hay moradas, rosas, negras o multicolor. «Cada miembro de la comisión tiene la suya. La rosa está dedicada al cáncer del mama, la morada, a la violencia de género, con el teléfono 016 anotado; y las de arco iris, al orgullo gay», detalla el presidente. Incluso, unas determinadas centran la crítica al ayuntamiento.

Pero el papel y el arraigo d Antonio Molle se verá en su monumento. De las sillas cuelgan mensajes de los propios miembros de la comisión. «Quiero ir a Nueva York», «Me gustaría ser fallera mayor», «Que mis hijos me hagan caso», o «Aprobar matemáticas» son algunos de los deseos que arderán la noche del 19 de marzo.

Emilio Martínez descarta que se haya escogido este tipo de monumento por cuestiones económicas, dada la inversión en el nuevo casal. «Hemos apostado por la tradición de una falla de toda la vida y la simbología de estar asentados», defiende. Y es que la idea de plasmar esta falla no ha sido fácil. «Al principio algunos falleros no la entendían y lo veían raro, mientras que el artista pensaba que estábamos locos», revela. Pero todo se fue encaminando hasta conseguir la pirámide de sillas. «El artista fue cogiendo el hilo y al final lo hemos conseguido. Incluso no ha dicho que piensa meterla en su catálogo de monumentos», dice Martínez.