Las obras en el monumento de los Silos de Burjassot siguen su curso viento en popa, sin prisa -dada la complejidad que comporta un trabajo de restauración- pero sin pausa. Las losas de la explanada que arrastró consigo el tramo de muro al derrumbarse el pasado mes de septiembre ya están a punto para su reposición, después que los obreros hormigonaran convenientemente la semana pasada, en un entramado de hierro, la zona afectada. Asimismo están preparadas para su recolocación las piezas del canal de desagüe que bordea la bancada del patio.

Solo queda la reconstrucción de este elemento del muro -el banco de la explanada, que también se realizará con mortero de cal-, así como completar la colocación de la acequia y del enlosado, para que la empresa restauradora culmine su trabajo con la construcción de ese prisma triangular de hormigón de unos dos metros de altura -elemento «añadido» al conjunto arquitectónico- que asegurará la estabilidad de la muralla a lo largo de sus 75 metros de longitud. Los obreros continúan trabajando en la zanja donde pronto se levantará este contrafuerte en forma de talud que, huelga decirlo, cambiará no solo el aspecto del monumento, sino también el de este lugar tan transitado de Burjassot, el paseo Concepción Arenal.

Además la empresa restauradora está acondicionando un paso para las tres entradas a las galerías -cavadas en la Guerra Civil- de acceso al interior del silo 41 (próximo a la plaza del Ayuntamiento), a los silos 4, 3, 2, 7, 6 y 1 (cercanos al edificio del 'embarronat') y, entre estas dos entradas, la que da los silos 25 y 29, 'redescubierta' tras el derrumbe del muro. De este modo el talud -que vendría a ser un 'remiendo' del rebaje de terreno realizado en los años 30 del siglo pasado y que dejó desprotegida la muralla- quedará dividido en cuatro partes.