Tras el anuncio del Consell de declarar Bien de Interés Cultural (BIC) un tramo de la red defensiva republicana «Inmediata», que iría desde Riba-roja hasta Vilamarxant, la asociación de municipios que comparte este patrimonio bélico, así como diversas entidades ecologistas y de recuperación de la memoria democrática han elevado la voz para pedir que la máxima protección autonómica se aplique a toda la línea y no solo a una parte.
Así se decidió en la última sesión celebrada de la Asociación de Municipios de la Inmediata, que lidera Riba-roja y a la que pertenecen actualmente una decena de ayuntamientos. La propuesta fue respaldada también por la entidad que ha defendido la protección de esta línea defensiva desde hace 15 años, la Coordinadora en Defensa de los Bosques del Túria, así como por la recientemente creará Grupo de Estudios Posición València.
En la reunión se analizó la propuesta del Consell de declarar seis Bienes de Interés Cultural relacionados con el patrimonio bélico de la Guerra Civil (dos por cada provincia) y se consideró que «no tiene sentido» que la línea Puig-Carassols (popularmente la «Inmediata») quede con la máxima protección en una parte mientras que el resto de elementos se mantengan como Bienes de Relevancia Local, que es la declaración genérica que ya tienen desde 2017, cuando se aprobó la Ley 14/2017, de 10 de noviembre, de Memoria Democrática y para la Convivencia de la Comunitat Valenciana, y se modificó la Ley 4/1998, del patrimonio cultural valenciano.
Según fuentes de la asamblea de municipios, tanto el equipo de expertos que ejerce de asesor (arqueólogos, técnicos municipales e investigadores) como la estructura política y administrativa consideran que la condición de BIC garantizará en mayor medida la conservación de los varios cientos de elementos que tiene la línea Inmediata.
El coordinador del grupo de expertos, José Aleixandre, defiende que «el rango de BIC supone una protección mayor y comporta más responsabilidad sobre el bien» tanto en los que estén situados en terreno público y ésta sea su titularidad, «como especialmente aquellos que están en suelo privado o son de particulares» porque implica que cualquier intervención, tanto en el elemento como en su entorno, requerirá un informe favorable de la dirección general de Patrimonio. Asimismo, otras fuentes de la comisión han explicado que un tener el reconocimiento de BIC «puede ser la forma de que finalmente se acometa un plan integral para restaurar este patrimonio desconocido y abandonado».
Por ello, el impulsor de la asociación de municipios, el alcalde de Riba-roja Robert Raga, ha solicitado una reunión con la directora general de Patrimonio, Carmen Amoraga, que se celebrará la semana próxima, en principio, y en la que se planteará la petición. Junto a Raga acudirán la concejala de Memoria Histórica de Rafelbunyol, Alicia Piquer, así como Aleixandre y representantes de la coordinadora ecologista y Posición Valencia.
Más de 26 kilómetros
La línea defensiva Puig-Carassols se consideraba que se extendía desde el Puig a Carassols en Riba-roja, hasta que una investigación reciente aportó los documentos que prueban que llegaba hasta Vilamarxant, como informó Levante-EMV. Por tanto, se trata de un trazado de 26 kilómetros de tincheras, búnkeres, abrigos y otros elementos, situados en zonas montañosas, boscosas o de campos, que están en su mayor parte los rehabilitar. Con el paso de las décadas, algunos de ellos han desaparecido por la ampliación de carreteras (en la ampliación de la Autovía de Ademuz se destruyó un búnker) y determinados planes urbanísticos (la apertura de una calle en San Antonio de Benagéber.
