Tras 41 años de servicio en la Policía Local de Albal, Enrique Castillblanques se jubila a los 63 años. El agente comenzó a velar por la seguridad de este pueblo el 1 de septiembre de 1978 y ahora marcha con cantidad de recuerdos y vivencias. "Hay que dar paso a los compañeros jóvenes", dijo en la comida de despedida que celebró junto a la plantilla de la Policía Local y el edil de Seguridad Ciudadana, Ramón Tarazona. "Qué nunca dejen de ser como son", ha señalado Castillblanques.

Tras hacer el servicio militar, aprobó la plaza para entrar en la Policía Nacional y lo destinaron al País Vasco, vivió los años de máxima convulsión en el norte de España, por el terrorismo y, cuando tuvo oportunidad volvió a casa con una plaza en Albal, donde ha trabajado hasta la fecha y donde vive. Es natural de El Picazo (Cuenca) e hijo de militar. El tiempo que ahora le proporciona su jubilación lo va a dedicar primero a su familia y a sus nietos.