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Burjassot

"Espero que el soterramiento del metro reviva El Empalme"

Los primeros trabajos para soterrar las vías en el barrio de Burjassot despiertan esperanza en los vecinos de la zona

El túnel del metro en el carrer Mariano Benlliure del barrio de El Empalme en Burjassot. v. ruiz sancho

Todo parece indicar que el «aislamiento» del barrio del Empalme de Burjassot, causado por la paralización de las obras de soterramiento del metro durante largo tiempo, llega a su final. El lunes, la Generalitat inició los trabajos previos para la ejecución de la obra, que alcanza un montante de 8,1 millones. Sin embargo, esta actuación solo es la primera fase de un proyecto de soterramiento nacido en 2002 que también incluye las estaciones de Burjassot, Burjassot-Godella y Godella, todas ellas en la línea 1 de Metrovalencia en dirección a Bétera.

La paralización de las obras, en 2011, no solo profundizó en el «aislamiento» del Empalme y su división en dos zonas separadas por la vía férrea, sino también en el deterioro de la vida comercial en la zona. Muchos negocios tuvieron que cerrar. La Asociación de Vecinos El Empalme, con el apoyo de movimientos vecinales del pueblo y del ayuntamiento, emprendió toda una serie de campañas encaminadas a denunciar el «abandono» de la barriada y a exigir al Consell la ejecución de unas obras que, dentro del Plan de Infraestructuras Estratégicas de la Conselleria de Infraestructuras -entonces bajo la gestión del PP-, debieran haber finalizado, al menos en su primera fase, en 2010. La «falta de presupuesto» fue el argumento que esgrimía la administración autonómica para justificar la paralización del proyecto.

Desde la eliminación del paso a nivel al tránsito rodado en la calle Valencia -tramo de la CV-310- en 2002, necesaria para las obras de soterramiento del metro, los vehículos procedentes de la capital deben bordear el barrio para acceder al núcleo urbano de Burjassot. Y lo mismo sucede con los que se dirigen a València.

Actualmente, la mayoría de los vecinos del barrio continúan apoyando la ejecución de las obras de soterramiento, que también supondría la reordenación urbanística, para mejorar la calidad de vida en el Empalme y del municipio en general. La calle Mariano Benlliure, donde se encuentra el túnel, podría convertirse en uno de los bulevares más grandes de Burjassot. Este periódico realizó ayer un recorrido por el barrio para valorar la opinión de los vecinos respecto al primer amago de hacer realidad el soterramiento de las vías que empezó hace más de 15 años.

Lola Moreno, una residente de la zona confía en que el reinicio de las obras constituya «el intento definitivo de dejar el barrio adaptado, limpio y bien comunicado». Sobre las acciones del pasado lunes en la zona, la mujer comentó que «vinieron, pusieron vallas y carteles, se hicieron la foto, retiraron las vallas puestas y ya no se ha visto más movimiento». Antonia Aguilar recuerda con nostalgia tiempos pasados y tiene la esperanza que la consumación de las obras signifiquen volver a dar vida «a una zona prácticamente muerta». «Esta era una barriada llena de vida propia, con conexión directa a València; después se convirtió en una zona prácticamente muerta: Además del banco y de la alfarería que tantas generaciones conocieron, desaparecieron muchas tiendas», recuerda la vecina. Espera que «retomar las obras y terminarlas signifique la recuperación real de la barriada».

Ana María Arenas, por su parte, es la propietaria de la única tienda que queda abierta en el Empalme. La joven estima que, «si la zona se abre es posible que nuevos emprendedores elijan el barrio para su negocio». De momento, «los pocos que estamos aguantamos como podemos».

José Vicente Pérez, un vecino de la zona, tiene una opinión distinta. El hombre reside en una vivienda de la calle Valencia, uno de los tramos de la CV-310 que, antes de dividirse en dos el barrio soportaba la circulación de miles de vehículos en el día. «Siempre he estado en contra de que vuelva el tráfico de antes. Ahora la zona es súper tranquila; además he podido conocer mejor a los vecinos del barrio», concluye convencido.

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