El árbitro de un partido de fútbol de la categoría de Querubines (entre 5 y 6 años) sufrió una agresión por parte del padre de uno de los jugadores que saltó al campo para propinarle al colegiado dos fuertes empujones en el pecho, después de que se cometiera una falta sobre su hijo.

Los hechos se produjeron en la tarde del pasado sábado durante la final de un torneo de fútbol que se celebraba en el campo de El Alter, en Torrent. Este campeonato, celebrado cuando la liga ya ha terminado "y con la intención de que los pequeños continúen teniendo la oportunidad de jugar después del colegio", se estaba desarrollando con total normalidad y sin ningún tipo de incidente, explicaron a este periódico fuentes de la organización. Hasta que llegó el encuentro de la final de los Querubines.

El partido entre los equipos de Los Silos y del Barrio de la Luz estaba sentenciado con un 0-4. Sin embargo, en un momento dado, se produce una entrada entre dos jugadores de ambos equipos y el padre del niño sobre el que se produjo la falta, se encaró al árbitro y le propinó dos empujones en el pecho. El colegiado, que no es profesional sino un voluntario, mantuvo las formas y "aguantó" la situación sin responder a la agresión.

Inmediatamente el resto de padres intervinieron para que no siguiera el lamentable espectáculo al tiempo que reprochaban su actitud al agresor. Este hombre, que "enseguida se dio cuenta de que se había equivocado", abandonó las instalaciones deportivas "hecho un mar de lágrimas y totalmente arrepentido".

El protocolo exigido y aplicado en esta ocasión, pasa por avisar a la policía cuando se producen este tipo de incidentes, así que sobre las 19.00 horas la Policía Local de Torrent y la Policía Nacional se personaron en el campo de fútbol, pero no hizo falta su intervención porque los ánimos ya se habían calmado y el agredido no quiso denunciar.

"Una equivocación" y un apretón de manos

Tras la agresión, el partido continuó con toda normalidad y pese a que en un principio el árbitro no mostró voluntad de hablar con el agresor quien "lloraba desconsoladamente reconociendo su error", finalmente y tras la mediación del personal de la organización, ambos charlaron y acabaron dándose la mano.

Sin duda se trata de un final feliz para un episodio que tristemente es cada vez más habitual entre los aficionados al fútbol infantil. "Es una lástima que se produzcan este tipo de situaciones sobre todo cuando nosotros hacemos hincapié en la deportividad y el compañerismo en el fútbol", comentaron miembros de la organización, quienes quisieron resaltar que la actitud de la grada durante todo el campeonato fue ejemplar "de hecho, entregamos un premio a la mejor afición", añadieron.

En este torneo juegan varias categorías infantiles -Querubines, Prebenjamines y Benjamines- y los encuentros son amistosos "la intención es sobre todo que los pequeños sigan disfrutando del deporte en sus tardes libres", y por fortuna "este ha sido un caso completamente aislado", insistieron.