Siguiendo la hoja de ruta marcada por el Botànic, Compromís, PSOE y Podem han alcanzado el primer acuerdo: el qué, es decir el programa. En el cómo -equipo de gobierno y reparto de áreas- solo faltan algunos flecos, mientras que en el quién -la alcaldía-supose ayer que se interrumpieran las negociaciones.
Según fuentes de las tres formaciones, el acuerdo programático está cerrado. La modificación del PGOU era el punto de fricción y todos han cedido. En el sector 25 -26 se bajará en medio centenar el número de viviendas previstas (397), mientras que Podem acepta aprobar que la modificación salga a exposición pública a cambio de que se inicie el proceso para elaborar un nuevo PGOU.
En cuanto a la composición de un futuro gobierno, el reparto parece encauzado, y solo faltarían pequeños detalles por concretar. Se da la posibilidad de que Unides-Podemos, como hizo el pasado mandato en Xirivella, parta la legislatura en dos para que las dos corrientes formen parte de la corporación.
Ayer, los principales actores intentaron concretar quién ostentará la alcaldía y si debe haber alternancia. Compromís, que la ha tenido en su poder los últimos cuatro años en la coalición, acepta turnarse con el PSOE al 50%. La formación considera que ser la fuerza progresista más votada -aventaja a los socialistas en 26 votos y están empatados a ediles (4)-debe tener su recompensa.
En cambio, los socialistas se desmarcaron ayer pidiendo la alcaldía todo el mandato, ante la sospecha de que Podem no apoyará a Eva Sanchis y que su candidata genera más consenso. Cabe recordar que la alcaldesa expulsó del ejecutivo a Irene Ferré (actual edila de Podem) por una crisis interna. En este sentido, el PSOE advierte de que en 2015, con tres ediles, aceptó no alternar la alcaldía.
Por su parte, Podem dice que PSPV y Compromís deben ponerse de acuerdo y que luego ya decidirán qué votan el sábado.
