Aunque todos los alcaldes, ediles y técnicos agradecieron ayer contar con un estudio mucho más real de los riesgos en sus términos, algunos salieron del encuentro más satisfechos que otros. De este modo, si bien para Aldaia y Alaquàs el riesgo sigue siendo grave, en poblaciones como Massanassa y Beniparell se elogió que haber afinado más sobre el terreno flexibilizará un reglamento que apenas les permitía crecer. Esta es la única opción tras haber perdido en los tribunales el recurso contra el reglamento que iniciaron.

De este modo, en el estudio se refleja que la cota del agua, fijada en algunos puntos en más de tres metros (como en Rambleta de Catarroja) ahora se sitúa en un máximo de 1,30, al tener en cuenta un descenso de caudal y más factores, mientras que en los puntos más negros de Alfafar se pasa de 1,4 metrois a 30 centímetros. Si bien en estos 20 años han crecido las infraestructuras urbanas que obstaculizan el paso de las aguas, también ha disminuido el caudal por lo que el riesgo no crece.

El alcalde de Massanassa, Paco Comes (PP), elogió el trabajo porque «abre las puertas» al crecimiento en ciertos puntos lo que mejora «enormemente» la situación que tenían hasta ahora.

Por su parte, el alcalde de Beniparell, Voro Masaroca (Compromís), recordó que él mismo tuvo problemas para que la Conselleria de Sanidad le aceptara un solar qpara el centro de salud porque se consideraba inundable por lo que tuvo que pagar un estudio externo que determinara el riesgo real. «Nuestro estudio dijo lo mismo que ahora se refleja en este Mapa de Peligrosidad de la CHJ», dijo.