Los actos vandálicos a pequeña escala que están sufriendo algunas piscinas municipales de la comarca van en aumento. El último en registrar incidentes ha sido la de Tavernes Blanques, que se ha visto obligada a clausurar el recinto acuático por motivos de seguridad al detectar cristales rotos en el interior del vaso.

El ayuntamiento decretó el cierre de la piscina el sábado por la presencia de cristales rotos dentro del complejo acuático por lo que hasta que no estuviera garantizada la seguridad de los bañistas tras una exhaustiva limpieza, el recinto ha permanecido cerrado todo el fin de semana y hoy ha sido reabierta, según ha avanzado la alcaldesa Carmen Marco.

"El vandalismo y la tremenda falta de empatía y civismo nos obliga a cerrar, una vez más, las instalaciones. Por desgracia este episodio es solo el colofón a unos días en los que, además, se han producido defecaciones en el agua, provocando interrupciones del servicio", han explicado fuentes municipales

Y es que el lanzamiento de cristales a las piscinas, como ocurrió en Almàssera la pasada semana y que también obligó a cerrarla, como las defecaciones en el agua, incidentes registrados en Massanassa, se ha convertido en tónica. En el caso de Tavernes, desde que la piscina fuera abierta hace unas semanas, se han producido ya varios episodios de ver heces flotando en al agua. Según fuentes municipales, pese a contar con vigilancia privada y servicio de socorrismo, las defecaciones se producen normalmente en la segunda parte de la jornada, y el ayuntamiento tiene que cerrar las instalaciones.

Por otra parte, Picanya mantendrá este lunes cerrada las piscinas del polideportivo municipal, como consecuencia de una averia en el sistema de bombeo. El ayuntamiento ha pedido disculpas.