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Familias de un centro de día denuncian que los usuarios pasan dos horas en el bus a Picassent

Critican que personas con diversidad funcional intelectual tengan que sufrir trayectos tan largos que incumplen el contrato

Uno de los usuarios del centro Marqués de Dos Aguas bajando del autobús que coge diariamente.

Veintiún minutos es el tiempo que se tarda en coche en llegar desde València al centro de día Marqués de Dos Aguas situado en la partida del Realón de Picassent. Un tiempo de viaje que se multiplica por seis en el caso de algunos usuarios con diversidad funcional intelectual que cada día suben al autobús adaptado en diferentes paradas establecidas en la ciudad de València, mayoritariamente, pero también de otras poblaciones de la comarca. Actualmente el centro Marqués de Dos aguas alberga una residencia permanente para 20 internos, un centro de día de 40 plazas y un centro ocupacional de 70 plazas. Son 110 usuarios los que diariamente deben utilizar el transporte para acceder a este centro publico perteneciente a la Generalitat Valenciana, aunque de gestión privada.

Es el caso de Carlos. Cada mañana acude a las 8,15 horas a su parada para esperar al autobús perfectamente adaptado con una rampa mecánica. Parada que, por cierto, no está al lado de su domicilio, tal y como establece la normativa. De hecho, hay algunos usuarios que tardan hasta media hora andando en llegar al punto de recogida.

Esta operación se repite a lo largo de las diversas paradas de la Ruta 2, que también pasa por Quart de Poblet para recoger a otro usuario. Al final, llegan al centro sobre las 10.30 horas, prácticamente dos horas después. Algo que incumple el pliego de condiciones aprobado por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas (que ha asumido la nueva contrata, en funcionamiento desde el pasado 16 de julio) en el que literalmente se establece que «el tiempo de duración de cada ruta de transporte, tanto en la recogida como en la devolución, oscilará entre 30 y 40 minutos aproximadamente». También establece en el mismo pliego que los usuarios deben permanecer en el centro de 9 a 18 horas, algo que no se cumple pues, además de llegar pasadas las 10 horas «están saliendo a las 16,30 horas , antes de los previsto, debido a las dos horas del trayecto de vuelta», explica uno de los miembros de la Asociación de padres y madres de los usuarios del Marqués de Dos Aguas. El colectivo lleva peleando siete años, desde que les cambiaron el centro de Massanassa al de Picassent, para solventar todos los problemas.

«Nos hemos reunido en numerosas ocasiones con la conselleria. La última vez fue este pasado 12 de junio con el director general de Diversidad Funcional entonces en funciones Antonio Raya, y nos dijeron que las cosas mejorarían con la llegada de la nueva contrata que, por cierto, debería haber llegado en septiembre del año pasado y no fue hasta el 16 de julio cuando tomó las riendas», señala la vicepresidenta de la asociación, Inés Jovani.

Pero lejos de mejorar, los usuarios se han topado que con la nueva contrata se han reducido las dos furgonetas adaptadas para los usuarios en sillas de ruedas, que hacían dos rutas, a un solo autobús adaptado, unificando el trayecto y tardando aún más. «Y no solo los usuarios en silla de ruedas, para el resto solo hay dos autobuses. La que recoge a mi hijo y a otros 52 usuarios es la ruta 1 que pasa por toda València y, por supuesto, se pierde más de una hora solo en ese proceso», señala Jovani. La Asociación mostró sus quejas a la dirección del centro pero, al ver que la situación es insostenible, ha realizado un escrito dirigido a la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra «que se le presentará en las próximas horas».

Sin accesibilidad y aislados

En el escrito solicitan que haya tres autobuses adaptados, para que se distribuyan las rutas y se reduzcan los tiempos, y también que se cumpla el horario establecido de asistencia de 9 a 18 horas. En dicho documento también ponen de manifiesto las deficiencias del centro. «Se trata de un recinto aislado situado en la partida del Realón a las afueras de Picassent, sin red de agua potable ni red lumínica, alejado de la vida social y, por lo tanto, sin posibilidad de integración por parte de los usuarios», señalan en la asociación. A ello se une que el acceso a la entrada principal es a través de ocho escalones. «Las personas con movilidad reducida entraban antes en furgoneta por una rampa que les dejaba en una puerta trasera. Pero el nuevo autobús adaptado no cabe y los deja en la calle y son los trabajadores los que tienen que subir a los usuarios, uno a uno, empujándoles por una rampa con una inclinación del 40%», denuncia la asociación de familiares del centro, que confía en una pronta solución.

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