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Patrimonio

Inician la consolidación estructural de la Torre de Espioca de Picassent para evitar que se abra

El equipo de expertos que trabaja en el monumento pretende acabar la fase clave de la obra antes de la temporada de lluvia

Retirada del punto geodésico de lo alto de la torre, con una grúa. l-emv

Después de la primera parte de excavaciones en el entorno de la Torre de Espioca de Picassent, el equipo de expertos que trabaja en su restauración integral ha comenzado ya a actuar en el monumento. La primera fase será su consolidación estructural para evitar que se abra. Aunque su forma de construcción y su base hacen difícil que el inmueble se caiga, a pesar de su mal estado, según valoran, existe riesgo de que los muros se abran porque los elementos interiores que los cohesionaban (los forjados y la escalera) desaparecieron hace tiempo y de existen grandes grietas exteriores que van de arriba abajo.

Los trabajos han comenzado concretamente en la zona superior e irán descendiendo porque ahí es donde se sitúan los elementos más inestables y que tienen peligro de desprendimiento, como las almenas. El forjado, que estaba a punto de caerse, ha sido retirado para actuar. Previamente se trasladó el punto geodésico situado en lo más alto y se reubicó en una zona alta cercana.

«A esta torre no le pasaba nada más que el hecho de estar abandonada. Lo bien que se construyó, con una base sólida y una inclinación hacia adentro de dos o tres grados, junto con la calidad del tapial de los muros, ha sido fundamental para que se mantuviera», explica la arquitecta directora de los trabajos, María Amparo Santiago, representante de la firma el Fabricante de Esferas, que redactó el proyecto de restauración.

Los trabajos de consolidación estructural han de realizarse, según el calendario fijado, en las próximas semanas, para tratar de salvar la temporada de lluvia, que «es el principal enemigo de la técnica constructiva del tapial», indica la experta.

Contar su historia constructiva

La segunda fase que se plantean será la de limpieza y protección de los muros que, no solo supondrá un saneado respecto a la situación actual, sino la visibilización futura «de su impronta constructiva» y sus principales elementos. «No solo se trata de que se vea al final el monumento sino también la historia de la construcción», explica Santiago.

Finalmente habrá una fase de acabados que también será fundamental porque afectará al entrevigado y a la colocación de la escalera interior. La arquitecta indica que todo apunta a que la original desapareció durante el siglo XIX y fue sustituida por otra pero, «a causa del abandono y el vandalismo», también había sido sustraída. Ahora se colocará una de metal con peldaños de madera con la que se pretende «recordar a la antigua», explica la arquitecta María Amparo Santiago.

Trabajos arqueológicos

Antes de iniciarse la obra propiamente dicha, para lo que la Torre ha sido recubierta con una protección, se desarrollaron toda una serie de catas en el subsuelo de las inmediaciones del monumento en las que se localizaron diversos elementos constructivos. «Ahora hay que estudiarlos para ver si son de la misma época que el monumento o si son posteriores». Los trabajos arqueológicos también se han realizado en los muros para discernir los elementos y revestimientos originales de los añadidos y tomar decisiones sobre cómo se ha de actuar «ya que estos elementos impropios provocan lesiones en la transpirabilidad».

Finalmente y una vez acabe la fase de consolidación estructural, se realizarán catas de forma paralela al resto de la obra, en el subsuelo interior de la torre. Todos estos trabajos aportarán datos constructivos que contribuirán a la datación exacta del monumento.

Todo el proyecto de restauración de la Torre de Espioca comenzó el pasado mes de mayo con las tareas de replanteo, la calendarización, la limpieza del terreno y las primeras excavaciones arqueológicas.

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