Uno de los objetivos de la intervención en Espioca, más allá de restaurar la torre es la datación del monumento. Aunque desde el punto de vista histórico, se tiene constancia de que Espioca y su torre ya estaban antes de la conquista de Jaume I porque aparecen en el Llibre del Repartiment, y las técnicas constructivas «dicen claramente que es árabe», el grupo de expertos quiere afinar respecto a su época exacta de su construcción. «Todo apunta que es del año 1000 pero es necesario comprobarlo. Para ello será muy importante analizar los hallazgos en las excavaciones de elementos constructivos y cerámicas», indica Sebastián.
Preguntada por si se tiene previsto someter el monumento a la prueba del Carbono 14, como se hizo con la Torre de Torrent, María Amparo Santiago cree que «sería muy recomendable» aunque es una decisión que deberán adoptar la Conselleria de Cultura y el Ayuntamiento de Picassent, que son los promotores de la obra.
El consistorio logró la cesión del inmueble por 50% de los dos grandes grupos de propietarios mientras que la conselleria es la que paga la restauración, con un presupuesto previsto de 152.000 euros, según el contrato.
Sobre el avance del proceso, la alcaldesa de Picassent, Conxa García valora el avance de los trabajos. «Estamos recuperando nuestro patrimonio y este es nuestro principal símbolo. Hemos esperado muchos años y ahora lo más importante es que se realice una restauración que garantice que durará para siempre», expresa la alcaldesa.
La mandataria, los representantes municipales y de la conselleria, así como los técnicos de las dos empresas que intervienen (la redactora del proyecto y la adjudicataria de la obra) participaron en una visita reciente para poner en común los detalles.
