Bonrepòs y Mirambell fue el último gobierno que se formó de l'Horta, debido a la espera de la decisión de la Junta Electoral por una pugna de votos entre el PP y Compromís, y todo hace indicar que también va a ser el último en establecer su organización.
A los once días de ser investido Rubén Rodríguez el 6 de julio como alcalde un gobierno en minoría con cinco concejales del PSPV, frente a los tres de Compromís y PP, se realizó el pleno extraordinario de composición de gobierno. En él, como es habitual, se llevaban a votación varios puntos como las retribuciones a recibir por alcalde y ediles, así como la representación en los entes supramunicipales. El gobierno socialista presentó una propuesta en la que solo el alcalde recibía asignación por dedicación exclusiva, pasando de los 24.000 ? de los dos primeros años como alcalde de la pasada legislatura a los 27.000 ?. Por una cuestión administrativa tampoco se fiaron las retribuciones por asistencia a plenos y comisiones. En cuanto a los represnetantes de los organismos supramunicipales, el PSPV presentó una lista donde los cinco concejales socialistas copaban todos los nombramientos.
Tanto un punto como el otro quedaron encima de la mesa sin debatir ya que así lo pidió previamente la oposición, especialmente Compromís, antiguo socio de gobierno del PSPV con el que se turnó la alcaldía la pasada legislatura, en la comisión informativa que se realizó previa al pleno.
«El gobierno trajo una propuesta de retribuciones en blanco, ya que mostró su intención de pactar entre todos los salarios, defendiendo que todo aquel que trabajara tenía derecho a cobrar, y nosotros le manifestamos que el pleno de organización se había realizado de forma precipitada, a escasos diez días después de la investidura cuando por ley tienes hasta un mes», señala Natxo Costa, el encargado de llevar las negociaciones por parte de Compromís.
Tras esas palabras ambas formaciones mantuvieron sendas reuniones, antes y después del pleno, en la que Compromís dejó claro «que queremos un pacto de gobernabilidad, lo que no significa entrar a formar parte del gobierno, sino consensuar un programa para no tener que ir pactando de forma individual cada propuesta», señala Costa.
«Está claro que Compromís tiene voluntad de pactar y el PSPV tiene necesidad de pactar, ya que a nosotros no nos va a temblar el pulso si hay que levantar la mano y ejercer como oposición». En ese sentido afirman que no está de acuerdo con la subida salarial del alcalde «porque no tiene competencias más allá de las propias de alcaldía y Bonrepòs es un pueblo muy pequeño».
Abiertos a negociar
Desde el PSPV, tanto el alcalde Rubén Rodríguez como la concejala Mª Carmen Laso se muestran abiertos a entablar negociaciones con Compromís a partir del mes de septiembre para poder llevar a votación estos puntos, «para no mantener bloqueada ninguna institución al no consensuar los representantes de los entes supramucipales». En cuanto al sueldo del alcalde, el PSPV recuerda que «Rosella Antolí cobró 15.000? como alcaldesa por media jornada en sus dos años de alcaldía y de esta forma a Rubén por jornada completa le correspondería 30.000 euros, pero ha propuesto cobrar 27.000 euros, muy lejos del máximo permitido».
