El exedil de Alfafar, Joan Sorribes, detenido y encarcelado el pasado 9 de julio como sospechoso de supuestos abusos sexuales continuados a una menor que tenía en acogida junto con su pareja, Carmen Equiza, y la posesión de pornografía infantil, fue puesto en libertad el pasado martes 30 de julio de 2019, en cumplimiento de la resolución de la Audiencia Provincial de Valencia. Con todo, se mantienen las medidas cautelares de presentarse ante el juzgado cada 15 días, la retirada del pasaporte y la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la denunciante de los hechos que están siendo investigados por la Justicia.

Por lo tanto, Joan Sorribes salió del Centro Penitenciario de Picassent, y quedó en las mismas circunstancias que su esposa, Carmen Equiza, a la espera de que la investigación en curso determine el proceso judicial correspondiente.

Tanto Sorribes como su pareja aseguran tener «el convencimiento de que el proceso judicial abierto esclarecerá, en su momento, los hechos y, en consecuencia, determinará nuestra inocencia sobre los hechos que se nos han imputado». «Entendemos que la presunción de inocencia debe ser regla a respetar en cuanto a nosotros, tanto como el derechos a la intimidad y otros que corresponde defender en la parte denunciante», afirman mediante un comunicado escrito conjuntamente, donde también declinan hacer otras declaraciones sobre los hechos hasta que el proceso judicial concluya, «por convicción pero también por consejo legal de nuestra defensa».

En dicho comunicado, Carmen Equiza Castillo y Joan S. Sorribes Hervás afirman padecer «una situación absolutamente desgraciada, que ya ha tenido, tiene y tendrá graves repercusiones tanto personales, como en relación a la tarea social y política que llevábamos adelante» , en alusión a la expulsión del partido al que estaban afiliados, Compromís, y tal y como publicaba ayer Levante-EMV, a la rescisión del convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Alfafar y la Asociación Ateneu Popular que ellos regentaban. «Con independencia de que, como estamos seguro que pasará, el proceso judicial determine nuestra inocencia en su momento, los daños y perjuicios que ya hemos sufrido son irreparables y lo que ya hemos perdido, irrecuperable», confiesan. Asimismo agradecen el apoyo a familia y amigos y piden «respeto al derecho de presunción de inocencia».

Denuncias por agresión

Tanto Joan Sorribes como Carmen Equiza aseguran en el mismo comunicado que han hecho llegar a Levante-EMV haber sido víctima de diferentes agravios, algunos de los cuales han sido denunciados en los Juzgados de Catarroja. Así, el exedil afirma haber sufrido el segundo día de entrar en prisión de Picassent agresiones verbales, vejaciones y un intento de agresión física por parte de una grupo numeroso de presos, «que sólo la rápida intervención de algunos ordenanzas (tomados de confianza), impidió que los hechos tuvieron un desenlace fatal». Así lo afirma en un comunicado escrito por él y su pareja en el que añade que ,tras denunciar la violencia a la autoridad penitenciaria, se motivó «el inmediato traslado del módulo».

También aseguran que Carmen Equiza, «durante el espacio de tiempo que va de la detención el día 9 de julio de 2019 hasta hoy, ha sufrido «acosos públicos, vejaciones y agresiones verbales y físicas», algunos de los cuales ya se han denunciado ante la autoridad judicial. «Acosos, agresiones físicas y verbales, y vejaciones que no podemos calificar de otra manera que de comportamientos incívicos, antidemocráticos y brutales», dicen.