El 25 aniversario del devastador incendio que afectó al parque de la Vallesa -que compartimos Paterna, l'Eliana y Riba-roja- debe servir de punto de reflexión para que sucesos tan terribles no vuelvan a suceder. Nuestra sociedad está demasiado habituada a convivir -especialmente en época estival- con los incendios, una situación que se acentúa notablemente por las altas temperaturas del verano y la ubicación de áreas residenciales en los puntos limítrofes a zonas boscosas o arbóreas. Por ello, se hace necesaria la modificación de ciertas conductas que durante tantos años se han llevado a cabo en nuestros parques naturales que no solo son una fuente de vida natural -por la flora y la fauna autóctonas- sino también un ejemplo evidente de vertebración social e incluso un eje fundamental en las nuevas herramientas de la denominada economía circular.
El Parc natural del Túria fue declarado en abril de 2007 por parte del Consell de la Generalitat con el objetivo de protegerse ante cualquier amenaza exterior sus 4.480 hectáreas que recorren las localidades de Manises, Paterna, Riba-roja de Túria, l'Eliana, Benaguasil, Llíria, Vilamarxant, Pedralba y Quart de Poblet. Tomando el río Túria como el elemento que corona una de las grandes joyas ambientales que poseemos en nuestro territorio, existen áreas de gran valor ecológico como la Vallesa entre Paterna y Riba-roja, Les Rodanes en Vilamarxant o la Pea en Pedralba que deben ser defendidas y protegidas con mayor ahínco para que el incendio de 1994 sea recordado como una pesadilla que no se debe repetir en ningún otro punto de nuestro parque. La labor que en la pasada legislatura emprendida con gran ilusión y esfuerzo va encaminada a trabar proyectos que ayuden en la conservación en un camino que deben recorrer, al unísono, las administraciones públicas, entidades vecinales y ambientales y, también, las personas a nivel individual. No se debe pasar por alto que cualquier conducta tiene una repercusión enorme y directa sobre el ecosistema natural. Debemos ponerlo en valor en su justa medida, el parque es de todos y entre todos se debe conservar para las futuras generaciones.
La creación de la Asociación de Municipios Vinculados al Parc Natural del Túria en 2016 fue el punto de inflexión en ese esfuerzo de las administraciones y la sociedad civil por su defensa y protección al tiempo que debemos adaptarlo a los tiempos actuales. De hecho, la última de las iniciativas de la asociación va encaminada en esa dirección con un ambicioso proyecto europeo que pretende convertir las cañas invasoras que crecen en el cauce del río para su reutilización en mobiliario urbano y viales. Con ello, evitaremos la proliferación de las cañas que terminan con buena parte de especies autóctonas al tiempo que ayudamos a fomentar estas formas de producción que se han convertido en imprescindibles. No querría terminar estas líneas sin destacar el trabajo que la Coordinadora en Defensa de los Bosques del Túria realiza desde hace años y cuya función es importantísima en ese camino común por nuestro medio ambiente.
