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Siniestro

El temor vuelve al Pantano de Torrent tras otro incendio en el barranco 10 años después

El fuego se inició en el área recreativa y se llevó por delante el cañar y las aromáticas de la ladera de la cuenca

Un bombero comprueba la ladera arrasada tras el incendio. avv

Las familias residentes en el núcleo de veraneo del Pantano de Torrent han vivido intranquilas este pasado fin de semana, a raíz del incendio que el sábado se produjo en el Barranc d'Horteta. El fuego se llevó por delante la vegetación aunque no llegó a las casas porque se controló a tiempo. Se producía 10 años después del gran incendio que dañó más de 30 viviendas y cuyos recuerdos volvieron a la mente de vecinos y veraneantes como una pesadilla.

«Si el fuego hubiera avanzado hacia las casas, habríamos estado en grave peligro porque la calle a la que da, Rosendo Montoro, es una ratonera, como ocurrió hace 10 años. Una evacuación habría sido muy complicada», valora el presidente de la asociación de vecinos, Ernesto Sánchez.

El dirigente relata que a las 8 de la mañana del sábado se detectó una columna de humo y fuego que provenía del área recreativa «donde en ese momento no había nadie». Las tareas de extinción de los bomberos duraron cerca de dos horas en una primera fase y, con posterioridad, cuando ya se habían marchado, se reavivó y hubo que llamarlos de nuevo.

Para Sánchez, «las circunstancias han sido muy extrañar porque a esa hora no había nadie y justo hace 10 años del otro fuego». El resultado ha sido que se ha destruido una zona de aromáticas, todo el cañar y la vegetación de la ladera del barranco.

El presidente insiste en que, de forma periódica, la asociación de vecinos transmite al Ayuntamiento de Torrent quejas sobre el estado de las cañas resecas en las riberas del barranco y pide una intervención «para evitar estas situaciones de peligro». «Al final no tenemos claro de quien es la competencia pero lo que es evidente es que el ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) tienen que ponerse de acuerdo para tener esta zona en condiciones», opina.

Por su parte, la concejala de Urbanismo, Inma Amat, explica que, en los últimos años, el consistorio ha realizado informes con reportajes fotográficos «comunicando la situación a la CHJ» además de trasladar la queja cada cierto tiempo al vigilante de la zona de esta institución «que es conocedor de la situación».

Amat recuerda que hace dos años el propio ayuntamiento limpió «toda la ladera del barranco» en el tramo que linda con la organización el Pantano, como también reconoce la asociación de vecinos. Y con posterioridad, el consistorio ha pedido a la CHJ la limpieza de ese punto y de otras zonas del barranco. «La respuesta es que se ejecutarán las actuaciones según lo permita el presupuesto», indica Inma Amat.

Para la concejala, no basta con talar las cañas, una actividad que la CHJ si que autoriza cada cierto tiempo con sus directrices. «El problema es que en dos semanas vuelven a salir. Es necesaria una actuación algo más importante por parte de la CHJ, que permita que la zona esté limpia más tiempo» y que comporte la eliminación del rizoma», según la edila. «Es necesario encontrar una solución conjunta», concluye.

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